ACTUALIDAD DIOCESANA

30/04/2023

Yo soy la puerta… ¿quieres pasar?

Comentario al evangelio del domingo, 30 de abril, IV de Pascua (Jn 10, 1-10). Jesús se presenta como el buen pastor, el pastor verdadero, la puerta para encontrar a Dios, para encontrar la vida. Un artículo del sacerdote Adsis y párroco de Santa Marta de Tormes, Mariano Montero

 

En el evangelio de San Juan, Jesús pronuncia siete veces una frase que revela su ser más profundo. Lo hace a través de imágenes claras y potentes, y siempre empieza con esta expresión: “Yo soy”… Con ello, está haciendo suyo lo que Dios le respondió a Moisés cuando le pregunta quién le envía: “Yo soy”. En definitiva, Jesús nos está diciendo que viene de Dios, que es Dios-con-nosotros, que conoce nuestra necesidad y nos trae lo que solo Dios puede darnosYo soy el agua que sacia (Jn 4)… Yo soy el pan que da vida (Jn 6)… Yo soy la luz del mundo (Jn 8)… Yo soy el buen pastor, soy la puerta (Jn 10)… Yo soy la resurrección y la vida (Jn 11)… Yo soy el camino, la verdad y la vida (Jn 14)… Yo soy la vid verdadera (Jn 15)…

Este IV domingo de Pascua Jesús nos dice: “Yo soy la puerta: el que entre por mí se salvará, y podrá entrar y salir, y encontrará pastos… Yo he venido para que tengáis vida y la tengáis en abundancia”. Si los cristianos escucháramos esto con hondura y novedad, creyendo de verdad que Jesús nos habla a nosotros, nos sentiríamos cruzando el umbral de un nuevo mundo posible.

En la misa de hoy de la Pastoral Penitenciaria en Topas, un preso escucha a Jesús con interés –“Yo soy la puerta”- y esto conecta con sus sueños de una vida en libertad, más allá de los muros y cerrojos, externos o internos, que ahora le aprisionan.

En la misa de la Pastoral Universitaria hoy en San Benito, un joven escucha con atención y siente que Jesús le está llamado a un futuro pleno como profesional cristiano, más allá de los más que probables trabajos temporales, salarios indignos o migraciones forzosas.

En la misa de la residencia San Rafael, una persona mayor y enferma escucha a Jesús con hondura, y descubre que con Él es posible vivir en plenitud los últimos años de la vida, más allá de las limitaciones físicas, la dependencia creciente y las fuerzas menguantes.

En la misa de niños y familias de tu parroquia de Salamanca, una madre y un padre escuchan a Jesús con fe, y sienten que les dice que se adentren sin miedo por la puerta de los sueños de Dios, y que crean que su hijo podría ser, en unos años más, uno de los nuevos sacerdotes de la diócesis de Salamanca.

Y entre los que estáis ahora conectados leyendo este escrito, hay una persona que está escuchando a Jesús desde su sed más profunda y siente que algo se le mueve por dentro, y empieza a decirse algo así: “si me atreviera a entrar más en Jesús, él me abriría caminos de vida, de fe y entrega, mayores de los que ahora conozco”… ¿Serás tú esa persona? Haz la prueba: escucha en silencio cómo Jesús te repite al oído: “Yo soy la puerta… ¿quieres pasar?”

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