25/02/2022
SERVICIO DIOCESANO DE COMUNICACIÓN
Más de una veintena de periodistas han mantenido un desayuno informativo con el obispo de la Diócesis de Salamanca, Mons. José Luis Retana, tras su toma de posesión el pasado 9 de enero. En el encuentro, de forma distendida y cercana, el prelado ha compartido sus inquietudes y sus primeros pasos en la Iglesia salmantina.
Antes de comenzar, Mons. Retana ha compartido con los medios la oración que el papa Francisco ha realizado tras el inicio de la guerra en Ucrania, pidiendo la paz y la oración colectiva de todo el mundo para su finalización. “Invito a todos a hacer el próximo 2 de marzo, Miércoles de Ceniza, una jornada de ayuno por la paz”, apuntó en palabras del santo padre, “que la reina de la paz preserve al mundo de la locura de la guerra”.
El obispo ha relatado como ha sido su llegada a la diócesis, una tarea compartida con Ciudad Rodrigo, y donde subraya que él ha venido a servir, y que cuenta con un equipo que le apoya en ambos casos. “Tener dos diócesis influye, pero con el sentido común se entenderá perfectamente”, aclaraba.
A la visita “ad limina” viajó con una pequeña radiografía de la diócesis salmantina, de la que considera que tiene “una estructura muy grande”, y que necesitará tiempo para conocerla en profundidad. Además, reconoció que en Salamanca no ha tenido ninguna dificultad por compartir diócesis. El prelado cree que fue elegido para esta responsabilidad, en parte, por su vinculación previa con la ciudad, donde pasó cinco años de estudios en la Universidad Pontificia, y otros 15 como encargado del Teologado de Ávila.
El hecho de ser la cabeza visible de dos diócesis, asegura que puede ser positivo a la hora de producirse ciertas sinergias, como por ejemplo, la utilización del mismo protocolo para la oficina de protección al menor, “que tendrá el mismo ambas”. También recordó a los periodistas que el pasado martes, la Conferencia Episcopal presentó la auditoría externa que se va a realizar junto a las oficinas diocesanas, porque como reconoció, “un abuso es un dolor porque detrás está una persona”. Al respecto indicó que no se cesa de pedir perdón, “y queremos ayudar a la persona maltratada poniendo todos los medios”.
Sobre este tema de los abusos, el obispo aseguró que en el seno de la Iglesia esos casos no prescriben, “y se hacen estudios de 50 o 60 años atrás“. Asimismo, puntualizó que los abusos en la Iglesia suponen un 0,2% del total, y que se trata de un “problema social”. Por otra parte, admitió que en este tema se ha llegado tarde, “pero hemos cogido bien ese desafío”.
En relación a las celebraciones de Semana Santa, también precisaba Mons. Retana, “me tendré que distribuir los días”. En Salamanca estará el Miércoles Santo, en la Misa Crismal, el Viernes Santo y el Domingo de Resurrección. El obispo lamenta que no puede estar en los actos propios de las hermandades, y tan solo asistirá a los organizados por las juntas de Semana Santa.
A la hora de hablar de las vocaciones, a preguntas de los periodistas, el prelado aseguró que la vocación, “es un milagro de Dios”, y ya no solo para la vida religiosa o el ministerio, “y creo que estamos escasos de milagros”.
Otro de los temas planteados al nuevo prelado es sobre la transmisión de la fe, que cree que en ocasiones no se sabe hacer, “porque para transmitirla hay que tenerla, y en mi casa, todo tenía un sentido religioso”. Y en eso hoy en día, según su opinión, “se ha rebajado, y se ha dimitido de la responsabilidad de transmitir esa fe”. Por todo ello, alertó, las comunidades serán más pequeñas.
En cuanto a los retos, Mons. José Luis Retana alaba los avances realizados a raíz de la Asamblea diocesana, “que marca un camino a recorrer”. Además, es consciente de que en sus diócesis, “hay pocos sacerdotes y con una edad media alta”.