03/02/2020
Laicos y religiosos pueden compartir vida y misión bajo un mismo techo. Es el caso de la familia de Santi Casanova en la comunidad de escolapios de Salamanca. En agosto cumplirán cinco años de vida en común, compartiendo carisma y sobre todo, oración. El 12 de enero, él daba un paso más hacia el compromiso con su nombramiento como ministro laico de pastoral.
“Los ministerios escolapios están impulsados desde la orden y provienen del Vaticano II, para recordar que los laicos estamos aquí y hay que dar pasos adelante”, apunta Casanova, casado y padre de tres hijos. El objetivo, según detalla, es que a través del ministerio se recupere a personas dentro de la comunidad cristiana, “para que ejerzan determinados servicios dentro de unas necesidades”. En su caso, la de pastoral llega unida a la realidad de Salamanca, “con un colegio, con familias y profesores, además de la Casa Escuela Santiago Uno”.
Una vez creado este ministerio se pone en marcha la formación, “hay dos, el de pastoral, y el de transformación social”. Hasta el momento, en la provincia de Betania a la que pertenece Salamanca se han nombrado a un total de cinco, tres de pastoral, y dos de transformación social. Casanova enumera alguna de sus nuevas tareas, como la de cuidar a la comunidad, “dar formación, y el acompañamiento”, pero asegura que a efectos prácticos no cambia mucho su labor, “porque ya hacía en gran parte esa tarea, pero desde otro sitio, ahora realizaré esta encomienda de la provincia y de la orden, como ministro”.
Antes de ser nombrado ministro se ha formado durante los últimos cuatro años, y ha realizado estudios de Ciencias Religiosas, “porque todo ello permite cuidar, acompañar y formar en la fe”.
Casanova cree que el tema de los ministerios va unido “a la falta de vocaciones”. Su nombramiento tuvo lugar el pasado 12 de enero, con una eucaristía presidida por el padre provincial, y donde, además de la nueva encomienda de este laico, se produjo el envío del Equipo de Misión Compartida, integrado por un grupo de padres, profesores y educadores. Otro gesto fue la entrega de una imagen de las sandalias de san José de Calasanz, que se conservan en Roma, “como símbolo de gastar la vida y hacer servicio a la comunidad”.
Para él, este paso ha sido un discernimiento “difícil”, “donde uno madura y ve la fe con más claridad”. Santi Casanova insiste en que los escolapios trabajan en temas laicos, “desde hace mucho tiempo”. Al respecto, existen diferentes niveles de compromiso, y en su caso y en el de su familia, entra la denominada “fraternidad”, donde comparte el carisma entre los religiosos.
(Puedes leer el reportaje completo en la edición impresa de Comunidad, la revista oficial de la Diócesis de Salamanca). ¿Quieres suscribirte? lo puedes hacer en este enlace