17/06/2021
SERVICIO DIOCESANO DE COMUNICACIÓN SOCIAL
Desde Molokai invitan a los jóvenes a pasar un verano diferente, ayudando a los demás e iniciándose en el camino del voluntariado. Para difundir esta nueva iniciativa han elaborado un vídeo donde invitan a unirse al proyecto a los mayores de 16 años.
Cabe recordar que Molokai es una iniciativa de voluntariado que nace en Salamanca por parte de las hermanas de la Congregación de los Sagrados Corazones, con la colaboración de la Pastoral Social Diocesana, la Pastoral Juvenil y Cáritas diocesana de Salamanca, y tiene el deseo de acercarse a algunas de las realidades de exclusión. Entre sus actuales proyectos están Pándano, Kaikit, Kaolaola, Kalaupapa y Poi Poi, que abarcan desde la cercanía a las personas sin hogar, a través de un café y una charla; a la atención a menores o la ecología y cuidado del medio ambiente, entre otros.
En esta ocasión, como aclara la coordinadora del proyecto, Noemí García Carlos, “desde el equipo de voluntariado de Molokai, mirando el verano queríamos empezar una convocatoria junto a Cáritas diocesana, en el itinerario que tenemos para el grupo de prevoluntariado“, subraya. En concreto, quieren ofrecer a los jóvenes mayores de 16 años la oportunidad de aprovechar el verano e iniciarse en la experiencia de voluntariado.
“La oferta será variada, porque junto con los recursos de Cáritas, ofreceremos espacios para acompañaros, y sobre todo, esta convocatoria persigue también vivir la experiencia de grupo junto a los jóvenes de Molokai”, determina esta religiosa de los Sagrados Corazones. Otro de los objetivos es que tengan ocasión de crecer “en todo lo que aporta esta experiencia a vuestra vida joven”.
En este sentido, García Carlos anima a los jóvenes a ponerse en contacto con Molokai, “porque el verano es una experiencia importante para introducir estas actividades”.
Dos ejemplos de jóvenes implicados en el voluntariado de Molokai son Javier de Dios y Claudia Hernández, de 21 y 18 años respectivamente. Javier llegó a Molokai a través de un campo de trabajo en Cantabria, “una semana muy intensa y con muchas experiencias”. A él, la experiencia de voluntariado le ha ayudado en diferentes ámbitos, “y te quita muchos prejuicios de la vida, porque muchas veces ves a la persona de la calle y crees que está allí por el tema de drogas o alcohol, y realmente no sabes su vida, ni su historia, y puede estar ahí por cualquier casualidad de la vida”.
Este joven tiene claro que hay que hablar con las personas vulnerables, “y Molokai ayuda en ese aspecto, y logra que veas la vida de otra manera, desde otra perspectiva”, asume De Dios.
Claudia empezó su experiencia de voluntariado en Molokai hace dos años y medio, “y he ido tocando diferentes ámbitos, como los niños, las personas con problemas de salud mental o sin hogar, etc”. Con todos ellos ha descubierto diferentes realidades que forman parte de la sociedad: “Muchas veces nos pintan lo bonito de la sociedad, lo maravilloso de la ciudad, pero en verdad hay mucho más”, aclara.
A Claudia, estar cerca de otras realidades le ha enseñado a ver Salamanca de otra forma, a parte de la Catedral, de la fiesta… “te ayudan a mirarla y te cambian tu ámbito y tu forma de ver a la gente, y sobre todo, de pensar que hoy son ellos pero mañana eres tú quien puede estar viviendo esa situación”.
Esta situación choca a Claudia Hernández, “y te planteas que tienes las manos y las capacidades bien, que puedo tender y dar mi mano a otra persona que la necesite, y dar todo de mí a ellos”. Esta joven tiene claro que ayuda a crecer como persona, “es una actividad muy buena para vivir este verano, y, además, que te complementa como persona, te hace crecer y está muy bien para contribuir a este cambio”.
ACTUALIDAD DIOCESANA