ACTUALIDAD DIOCESANA

02/03/2020

Un Pentecostés renovado

La vocación y misión de los fieles laicos ha sido el tema central del congreso, que ha contado con la representación de 13 personas de la diócesis de salamanca, junto al obispo, Carlos López

Bajo el lema de “Pueblo de Dios en Salida’, el Congreso de Laicos, que tuvo lugar en Madrid del 14 al 16 de febrero, ha sembrado una nueva semilla de la misión y vocación de los laicos. En este encuentro se reunieron más de 2.000, entre ellos, 13 personas de la Diócesis de Salamanca junto al obispo, Carlos López Hernández.

A lo largo de tres jornadas, han trabajado en 80 grupos de reflexión, con 10 líneas temáticas y cuatro itinerarios: Primer Anuncio, Acompañamiento, Procesos Formativos y Vida Pública. Durante la apertura del congreso, el laico y miembro de la Comisión Ejecutiva del encuentro, Isaac Martín, de la Archidiócesis de Toledo, se dirigió a los presentes con unas palabras recibidas con un sonoro aplauso: “Somos seglares por propia vocación, porque Dios nos quiere así. Dios nos quiere laicos y laicas presentes en medio del mundo”.

Y remarcó, que, aunque seamos minoría en la sociedad, “tenemos un papel fundamental como enviados al mundo para acompañar a los hombres y mujeres en sus anhelos y necesidades y anunciarles a Jesucristo”. Asimismo, subrayó que cada uno de nosotros, “es importante y necesario”, y por eso Dios, “nos ha confiado esta misión en este concreto momento de la historia”.

Un aliento espiritual

Para el obispo de la Diócesis de Salamanca, Carlos López Hernández, el mensaje de este laico estuvo en sintonía con el tono del congreso. “Hizo una presentación preciosa”, remarcó. En relación a este encuentro, reconoció que ha sido “de gran aliento espiritual y esperanza para todos”. Junto a la delegación de Salamanca, tanto los representantes de la diócesis como de otros movimientos allí presentes, ha vivido, según sus palabras, “un clima muy bueno”.

Al respecto, el prelado reconoce que, en la diócesis salmantina, “como estábamos ocupados en otros procesos no hemos tenido tiempo de prepararlo adecuadamente, ha sido un poco apresurado, pero lo recuperaremos ahora”. En este sentido, insiste en que, aunque no se pudo trabajar en la preparación, “trabajaremos en la aplicación”. El obispo apunta a una de las próximas claves, que es ver “qué pasos se pueden dar para seguir animando la aplicación del congreso en Salamanca”.

Bajo su punto de vista, tanto en las intervenciones como en las experiencias compartidas, “ha habido mucha armonía, transmitiendo esperanza y animando al compromiso”. Y la tónica era “la alegría de la fe, la alegría del testimonio y la alegría del Evangelio, el tesoro que hemos encontrado, todo en ese sentido, era muy bonito”.

Por su parte, el delegado de Apostolado Laical de la diócesis, el laico Miguel Reyes, también realiza un balance de su presencia en el congreso, que, bajo su opinión, “ha sido el evento más importante y atrevido en la Iglesia española del siglo XXI”. Para él, con los ojos del corazón, “he visto el espíritu sobrevolando la asamblea, he sentido el entusiasmo y las ganas de asumir las propias responsabilidades en las tareas específicas de nuestra vocación a los laicos y laicas presentes en Madrid”.

Reyes cree que hay ganas de salir, “de armar lío”. Durante esos días, considera que eran una sola comunidad, “en torno a la Palabra y la Eucaristía, con la mirada puesta en los más vulnerables”. Además, confirma que han hecho visible la comunión de la Iglesia de Salamanca, “con la presencia de don Carlos, siempre presente junto a nosotros en todos aquellos momentos en los que era posible”.

Asamblea diocesana

El delegado de Apostolado Laical asegura que este Congreso de Laicos ha ido muy en sintonía con la Asamblea Diocesana de la diócesis, “y con ella tenemos mucho camino avanzado, que ha coincidido en mucho con la experiencia de este encuentro, tanto en la forma como en el fondo”. Y añade que viene impresionado “con el deseo de comunión que existe entre todos los miembros de la Iglesia, que hemos de tener una Iglesia en salida”. En este sentido, remarca lo de salir, a todos los ámbitos: “A la familia, al trabajo, a la pandilla… todo eso es nuestra tarea”.

En cuanto a la aplicación posterior en la diócesis, Reyes es consciente de que todo lo vivido y aprendido, “no puede quedar en nosotros, tenemos que llevarlo a nuestros hermanos de la diócesis, tanto a los laicos, la vida religiosa como a los presbíteros, al Pueblo de Dios, que es el que sale”. Miguel Reyes invita a la participación de todos, “porque necesitamos crear más cadena evangelizadora con nuestros hermanos, para la gente de la ciudad y del campo, que está esperando a que le llevemos a Jesucristo Resucitado”.

Sensaciones

En representación de la diócesis, además de las 13 personas fijadas desde la Delegación de Apostolado Laical, también han acudido representantes de otros movimientos y organizaciones religiosas, cerca de una veintena entre ambos. Tras su asistencia al congreso, cada uno ha compartido sus sensaciones. Cristina Andújar, de la Institución Teresiana, asegura que ha sido “un soplo del Espíritu que conmueve, sorprende, alienta, fortalece, acompaña y envía”. En su caso, “he sentido vivo al Pueblo de Dios”.

Para Mª Paz Santos, de la parroquia de Villamayor, “ha sido un tiempo de gracia, un Pentecostés renovado”, aunque cree que pese a que la mayoría de congresistas han sido mujeres, “apenas se ha hablado del papel de la mujer”. Elena Guzmán, de CVX, se queda con la idea de caminar juntos, “laicos, sacerdotes, vida consagrada, obispos, codo con codo, corazón con corazón, cabeza con cabeza, entre la gente sencilla, en la vida diaria, en las estructuras sociales y políticas, en puestos de liderazgo”.

Otra de las asistentes de la Diócesis de Salamanca ha sido Mercedes Ordiales, de la parroquia de San Mateo, quien confirma que las ponencias y los testimonios, “me han enriquecido”, y que tras el congreso, ha sentido “un gran gozo dentro del corazón, me he llenado del Espíritu Santo y me he sentido enviada”. Ella espera que esto vaya a más, “y pueda dar sus frutos”.

(Puedes leer el reportaje completo en la edición impresa de Comunidad, la revista oficial de la Diócesis de Salamanca). ¿Quieres suscribirte? lo puedes hacer en este enlace

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