10/06/2022
SERVICIO DIOCESANO DE COMUNICACIÓN
Eduarda Cañedo tiene 92 años y acude cada jueves a los locales de la parroquia de Santa Marta. Ella forma parte del grupo de “Un lugar de encuentro”, en el que se reúnen en torno a diez personas, de entre 65 y 95 años, para disfrutar de un rato de convivencia. “Me gusta mucho venir, aunque vivo lejos, pero es entretenido y la gente muy buena, estamos a gusto”.
Esta semana, en la iniciativa de la Conferencia Episcopal, #HazMemoria, repasamos la labor de la iglesia en “El cuidado de mayores y vulnerables”, con un grupo que cuenta con el apoyo de sus familiares, pero no ocurre a veces en el caso de otros ancianos.
88 años tiene Manuela Labrador, otra de las participantes de esta iniciativa parroquial de Cáritas diocesana de Salamanca, que confiesa estar “muy contenta” de esta iniciativa, “nos viene muy bien, porque venimos y estamos un rato charlando, que a los mayores nos va muy bien”. Del grupo subraya “el trato familiar que hay”, y en esos momentos aprovechan para hablar de sus cosas, “contamos historias de antes también, y lo pasamos muy bien, son muy amables”.
Otro de los participantes en el lugar de encuentro es Marcel Corominas, de 85 años, que se incorporó hace cuatro años. “Estoy muy contento de haber venido, y me encuentro a gusto, hace tiempo que me jubilé, me gusta venir aquí y espero que tenga continuidad, porque se ha interrumpido mucho por la pandemia, pero ya es momento de reiniciar todo con ilusión y con ganas”.
También acude a esta iniciativa Irene Martín, de 89 años, y aunque vive sola tiene el apoyo continuo de sus hijos. “Venir aquí me viene muy bien porque es un rato que pasamos todas en unión, contando nuestras batallas y nuestras cosas”, apunta. Allí toman un café, o un poco de agua, “estamos muy bien entretenidas”.
Como ella misma describe, además de hablar de sus anécdotas del pasado, hablan de la actualidad, de las noticias que ven en televisión, como la guerra de Ucrania, “o comentamos las novelas que vemos todas”.
Mamen Benito es la responsable de Cáritas en la parroquia de Santa Marta, y como confirma, llevan varios años con la iniciativa de “Un lugar de encuentro”, que está abierto a la participación de personas de todas las edades, “que quieran venir a pasar un rato y a convivir todos juntos”. En la actualidad, participan cada jueves, en torno a dos horas, unas diez personas, más los voluntarios del grupo de Cáritas de Santa Marta de la parroquia, cinco en total.
Una de las voluntarias es Manoli Beato, quien reconoce que la labor junto a los mayores la enriquece, “porque nos habla de sus experiencias de vida”. Durante la pandemia, el contacto con ellos fue continuo a través del teléfono, “porque necesitaban hablar y comunicarse con el exterior”.
El párroco de Santa Marta es Mariano Montero, quien recuerda que este municipio del alfoz es el más grande de la provincia, después de la capital, con unos 4.800 habitantes, y una media de 59 años. “Hay mucha gente joven y de edad media, pero también tenemos muchos mayores, e intentamos acompañarlos y apoyarlos”, asegura.
Este sacerdote aclara que como dice el papa Francisco, “hemos promovido espacios dentro y fuera de la iglesia, y uno de ellos es el que llamamos lugar de encuentro, que se realiza en uno de los salones parroquiales”. Montero reconoce que es una labor “estupenda”, con personas que están solas o que por su edad pueden moverse a pocos lugares, “pero que encuentran aquí un espacio familiar donde poder participar todas las semanas”.