28/11/2023
SERVICIO DIOCESANO DE COMUNICACIÓN
El día comenzó temprano, a las nueve y media de la mañana, y poco a poco, los jóvenes de diferentes grupos y movimientos comenzaron a llenar la capilla mayor de la Casa de la Iglesia. En un ambiente de silencio y oración escucharon las palabras del Salmo 138: “Tú me sondeas y me conoces. Me conoces cuando me siento o me levanto, de lejos sabes mis pensamientos; distingues mi camino y mi descanso, todas mis sendas te son familiares”. Allí también les recordaron el motivo por el que habían sido congregados.
Cada año, el papa Francisco convoca a las iglesias locales para celebrar una jornada dedicada a los jóvenes en torno a la solemnidad de Cristo Rey. En esta ocasión, el lema elegido era: “Alegres en la esperanza”, de R. 12, 12). Y esa fue la temática que se siguió en toda la jornada y en sus diferentes iniciativas.
Después de la oración, los jóvenes se dividieron en cinco grupos para visitar cuatro espacios de esperanza. Con diferentes temáticas, en el recorrido escuchaban diferentes testimonios muy relaciones con la esperanza. En concreto, en el aula Virgen de la Vega compartían su historia dos jóvenes mamás del centro Ave María, María Fernanda y Sabiha, de Colombia y Argelia. En el oratorio, Miguel Ángel y José Carlos contaban su día a día en el centro Ranquines, y todos los tabúes que giran en torno a la salud mental.
Además, los responsables del Teléfono de la Esperanza acercaron a los diferentes grupos de jóvenes cómo funciona este servicio, que además de atender llamadas de los ciudadanos, ofrecen diferentes cursos y talleres sobre gestión de las emociones, la autoestima o el desarrollo personal, entre otros. En el Día Diocesano de Jóvenes se centraron en el tema de los suicidios, cuyo porcentaje ha aumentado entre esta población. Al respecto, los responsables del Teléfono de la Esperanza en Salamanca apuntaron cómo han recibido llamadas relacionadas con este tema y cómo es su protocolo de actuación.
En otra sala de la Casa de la Iglesia, dos grupos de Fe y Luz acercaron la discapacidad a los más jóvenes, y cómo se vive en el seno de la Iglesia. Y otro de los espacios de esperanza estaba vinculado a la ecología y el cuidado de la casa común, con la Fundación Mil Caminos de los escolapios.
Después, todos juntos realizaron un gesto en las verjas de la Casa de la Iglesia, donde colocaron una tarjeta cada uno con un mensaje de esperanza que podía ser leída desde la acera. En ellas se podía leer frases como: “Todos tenemos alguna discapacidad”; “He sentido que el amor de Dios alcanza a todos de manera incondicional”, o “Me ha dado esperanza ver gente que tira las cosas que no son suyas”, entre otras, que todavía se pueden leer en dicho lugar.
A media mañana, los jóvenes comenzaron a montar la feria de la esperanza, donde cada grupo tenía la oportunidad de montar su estand para dar a conocer sus actividades. “Doña Esperanza” fue la encargada de dar el pregón de inicio y cortar la correspondiente cinta. Y a largo del claustro de la Casa de la Iglesia, fueron recorriendo los diferentes puestos, un total de siete, donde además de compartir información, se enfrentaban a diferentes retos o juegos. En concreto, instalaron un estand Pastoral Universitaria, el grupo Ohana, Hakuna Salamanca, el grupo Jerut, Molokai, Scout MSC, Fe y Luz y Pastoral Juvenil.
Y antes de finalizar la jornada, se celebró la eucaristía en la capilla mayor de la Casa de la Iglesia, presidida por el obispo, Mons. José Luis Retana, quien antes había recorrido todos los puestos de la feria de la esperanza. Además, estuvo concelebrada por el vicario de pastoral y delegado de Pastoral Juvenil, Andrés González Buenadicha, y los sacerdotes, José Ángel Ávila y Javier García Talegón.
En su homilía, el prelado agradeció a los jóvenes que habían acudido a este encuentro, “con el deseo grande que tenéis en el corazón de vivir la fe, de vivirla juntos, y de vivirla acompañados”. Mons. José Luis Retana también les recordó que la vida futura de la diócesis, “está en vosotros”.
El obispo les habló de la esperanza, “que nace del encuentro con Jesús y de Dios, y nace de sabernos amados por Él, de saber que yo tengo un cometido en la historia cuando el Señor pensó en nosotros”. Asimismo, aseguró que la esperanza, “es la certeza de que Dios no nos deja solos nunca“.
En este Día Diocesano de Jóvenes participaron los grupos de Pastoral Juvenil: Ohana, Jerut, Atrio y Molokai; Pastoral Universitaria; Juventudes Marianas Vicencianas de Peñaranda; Hakuna Salamanca, Scouts MSC, Fe y Luz y jóvenes de diferentes parroquias y otros movimientos.
En el mensaje del ángelus del papa Francisco de este domingo, 26 de noviembre, en la 38ª Jornada Mundial de la Juventud en las Iglesias particulares, sobre el tema Alegres en la esperanza, bendijo a todos los que participan en las iniciativas promovidas en las diócesis, en continuidad con la JMJ de Lisboa. “Abrazo a los jóvenes, presente y futuro del mundo, y los animo a ser protagonistas alegres de la vida de la Iglesia”, subrayó.
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