05/06/2022
Celebramos hoy el día de Pentecostés y del Apostolado laical, que este año nos trae el regalo añadido de una ordenación presbiteral. Así que hoy es un día para dar gracias, por encima de todo y con mayúsculas.
Lo primero es dar GRACIAS a Ciriaco, joven salmantino que vivió una historia de participación y servicio en su parroquia, que ha sabido escuchar la llamada de Jesús a darlo todo por la misión, que ha seguido un proceso eclesial de formación y discernimiento, y que hoy abraza el ministerio presbiteral como su mejor manera de gastar la vida, por Jesús y con Jesús. Con su ordenación se abre a un futuro nuevo, donde la Iglesia estará cada vez más sostenida por los laicos y será más misionera, por la fuerza del Espíritu.
Por eso, desde Ciriaco y Pentecostés, damos GRACIAS a todos los laicos comprometidos de Salamanca: a los que en vuestras parroquias formáis parte de los Consejos pastorales, a los que cuidáis la secretaría, la economía y la limpieza del templo, a los que animáis la liturgia, la música y grupos bíblicos, a los que preparáis los bautizos, primeras comuniones y confirmaciones, a los que acompañáis el proceso de fe de preadolescentes y jóvenes, a los que hacéis camino desde Cáritas con tantas familias que no llegan a fin de mes, a los que procuráis alimentos a quien no los tiene, a los que estáis cerca de enfermos y mayores, a los que hacéis presencia cristiana en vuestros lugares de trabajo, a los que colaboráis en los espacios vecinales de participación desde los valores del Evangelio…
Por el Espíritu, la Iglesia es una comunidad toda ella ministerial, y el necesario ministerio presbiteral se complementa con todos estos ministerios y servicios pastorales sostenidos por los laicos. Cuando cada domingo, en la plegaria eucarística, nombro a “Todos los pastores que cuidan de tu Pueblo”, pienso en los obispos, sacerdotes y diáconos, pero también en todos vosotros: la multitud de laicos que formáis parte activa del entramado pastoral de las parroquias y la diócesis. Porque, con vuestra fe viva y servicial, de muchas maneras estáis acompañando “al Pueblo de Dios que camina en Salamanca”. Por eso, dejadnos que en este día y al final de este curso, los párrocos y sacerdotes os digamos de corazón a los laicos comprometidos: contad con nosotros, contamos con vosotros… ¡GRACIAS!