13/12/2024
SERVICIO DIOCESANO DE COMUNICACIÓN
Miles de personas en todo el mundo se ven forzadas cada año a dejar atrás su hogar en busca de un futuro mejor. Para quienes deben migrar, la decisión no es sencilla. Nadie abandona su país ni a su familia si no es por necesidad. Las desigualdades económicas, la falta de trabajo, los conflictos armados, persecuciones, catástrofes naturales y el impacto de la crisis climática son algunas de las razones más comunes que empujan a las personas a migrar.
Sin embargo, la migración no siempre asegura un camino fácil. Como destaca la portavoz de la Mesa del Migrante de Salamanca y coordinadora del Centro Intercultural Baraka de Cáritas, Nuria Reinoso, “durante el trayecto se enfrentan a muchos desafíos que ponen en riesgo su vida, como a redes de trata y explotación”. Y al llegar también encuentran otros obstáculos como apunta esta responsable: “tienen limitados el acceso a derechos fundamentales como la vivienda, la sanidad y la educación”. A esto se suman “los discursos de odio y la xenofobia, que los deshumaniza”.
El próximo miércoles, 18 de diciembre, se conmemora el Día Internacional de las Personas Migrantes. Esta jornada tiene entre sus objetivos visibilizar y generar conciencia sobre los retos y adversidades que deben afrontar los migrantes, al tiempo que se hace un llamamiento a las naciones para garantizar que la migración sea un proceso seguro, regular y digno. Es una oportunidad para recordar la importancia de proteger los derechos de quienes migran y valorar su contribución a nuestras comunidades.
Con este motivo, la Mesa del Migrante de Salamanca, integrada por organizaciones como Cáritas diocesana, Puente Vida, Escuela de Circo Santiago 1, Asprodes, Accem, el Centro Materno Infantil Ave María, Cruz Roja, la Fundación Cepaim, Salamanca Acoge e YMCA, se suma a esta conmemoración con varios actos los días 17, 18 y 19 de diciembre. El programa, que incluye una tertulia literaria, una batucada, el Círculo del Silencio así como varias actividades culturales, está abierto a todos. Su objetivo es “sensibilizar tanto a los habitantes de la ciudad como a las administraciones públicas sobre la realidad de las personas migrantes y veamos que hay muchas más cosas que nos unen de las que nos separan” y también contribuir a “reducir un poco los estereotipos que podemos tener hacia la población migrante”, explica Reinoso.
En cuanto a la realidad de las personas migrantes en Salamanca, Nuria Reinoso reconoce que, “aunque Salamanca es una ciudad de acogida, estas personas tienen que enfrentarse a situaciones concretas, que a veces son complicadas de solucionar, como el problema de la vivienda que afecta a muchas personas en esta ciudad”. Además, “los prejuicios y estereotipos” que a menudo las marginan, situándolas fuera del ámbito social. La falta de redes de apoyo, la dificultad para encontrar empleo, junto con el aislamiento y la sensación de soledad, convierten a estas personas en un grupo más vulnerable.
La Mesa del Migrante de Salamanca trabaja para ofrecer soluciones integrales a las personas migrantes, desde la primera acogida y la cobertura de sus necesidades básicas como vivienda y sanidad, hasta la enseñanza del idioma, la formación, la búsqueda de empleo y el apoyo jurídico. Además, les enseñan “la cultura y la historia de España para que se sientan más seguros y conozcan la sociedad a la que se acercan”. Intentado dar respuestas desde los diferentes ámbitos.
Nuria Reinoso destaca la importancia del papel de la ciudadanía en el proceso de integración: “En la mano de todos está abrirse a conocer y escuchar las historias estas personas, porque una vez que las conocemos, es más fácil comprender por qué han tomado esa decisión de salir, por qué se encuentran aquí, más o menos solos o acompañados, y darnos cuenta de que, al final, en esas circunstancias, todos hubiéramos intentado buscar un futuro mejor”. Reinoso sostiene que es necesario “dejar de lado los estereotipos y dejarnos interpelar por las realidades de estas personas que se acercan y que son nuestros vecinos”.
Tatiana, una mujer brasileña de 39 años, es un ejemplo de cómo ha cambiado su vida al salir de su país. n su caso, vino a España para mejorar sus condiciones de vida. Reconoce que “Aquí me han tratado muy bien”, aunque admite que al principio hubo momentos de rechazo. “Ahora me siento como en casa, me encanta España y estoy muy agradecida por el apoyo que he recibido”, comparte.
17 de diciembre
18 de diciembre
19 de diciembre: Actividades en el Barrio Garrido, de 17:00-19:00 horas: