11/12/2022
Justo este 10 de diciembre se celebraban los 74 años de la “Declaración Universal de los Derechos Humanos”, hoy tan necesaria como entonces. Aunque, lamentablemente, es un acontecimiento por el que la mayoría pasa de largo… así como ocurre con muchos de los escritos del Papa Francisco.
Y digo esto porque ha llegado a mis manos el último libro del Papa, titulado “Os ruego en nombre de Dios”. En él nos comparte su preocupación y deseo de cambio para el mundo de hoy. Estando ya cercano el décimo aniversario de su nombramiento, Francisco nos pone ante diez temas centrales y urgentes de nuestro tiempo. Temas que conocemos, pero que solemos dejar de lado… Y más en estos días en que -reconozcámoslo- preferimos poner la atención en las luces y regalos navideños que en la oración comprometida con los males del mundo.
Permitidme que os comparta estas 10 peticiones del Papa, porque lo que está en juego es avivar -como dice el subtítulo del libro- “un futuro de esperanza”. No la ilusión pasajera de tantos adornos y músicas de temporada, sino la esperanza profunda en que Dios vive en nuestro mundo y que juntos podemos hacer de él un lugar más habitable. ¿Os acordáis de cómo empezaba la Constitución conciliar Gaudium et Spes? : “Las alegrías y esperanzas, las tristezas y angustias de los hombres de nuestro tiempo, sobre todo de los pobres y de cuantos sufren, son a la vez gozos y esperanzas, tristezas y angustias de los discípulos de Cristo. Nada hay verdaderamente humano que no encuentre eco en su corazón”.
En consecuencia, hagamos nuestra cada una de estas peticiones de Francisco: “En nombre de Dios pido que se erradique en la Iglesia la cultura de los abusos… En nombre de Dios pido que protejamos la casa común… En nombre de Dios pido una comunicación que combata las fake news y evite los discursos de odio… En nombre de Dios pido una política que trabaje por el bien común… En nombre de Dios pido que se frene la locura de la guerra… En nombre de Dios pido que se abran las puertas a los migrantes y refugiados… En nombre de Dios pido que se promueva y anime la participación de las mujeres en la sociedad… En nombre de Dios pido que se permita y fomente el crecimiento de los países pobres… En nombre de Dios pido que se universalice el acceso a la salud… En nombre de Dios pido que su nombre no sea utilizado para fomentar guerras”… ¡Amén!
Al fondo está el misterio de la Encarnación, que es lo que estamos llamados a celebrar en la Navidad que se acerca. El misterio de Jesús, el Hijo de Dios, que -como dice el evangelio de San Juan- “puso su chabola entre nosotros”.
Mariano Montero, sacerdote Adsis, párroco de Santa Marta de Tormes
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