30/09/2022
TOMÁS DURÁN SÁNCHEZ, PÁRROCO DE LA UNIDAD PASTORAL SANTÍSIMA TRINIDAD-SAGRADA FAMILIA
Hay un silencio grande, nadie habla de ello. O al menos no lo percibimos. Si no es así que nos digan cuanto antes qué comentarios hay, recesiones, presentaciones hay… y las acogeremos con gusto. A lo mejor sí se habla, y no nos damos cuenta. Necesitamos saber de Desiderio; y, sobre todo, empaparnos de lo que dice.
Y es que necesitamos el “asombro del don”, antes que la “técnica celebrativa”. El “encuentro con Él”, antes que la escenificación, pues es “un acontecimiento regalado”; ya que el “misterio” comienza por ahí, no por una “puesta en escena ante una realidad oscura” o un “rito enigmático”, en un “esteticismo ritual”, o “dejadez banal”, cuando no un verbalismo didáctico exagerado, que de todo hay.
Es necesario hablar de Desiderio, pues no salimos de un “subjetivismo inmanente” (gnosticismo), o de “un elitismo narcisista y autoritario… que todo lo controla” (neopelagianismo). ¿Todo eso dice Desiderio? ¡Pues vaya! ¿Nos lo podrá presentar alguien?
Perdonad la provocación, quiere ser una broma que nos ayude a leer la importantísima Carta Apostólica del papa Francisco, “Desiderio desideravi”, sobre la formación litúrgica del Pueblo de Dios. Roma (29 de junio 2022). Es nada más y nada menos que una llamada a volver a las fuentes de la Liturgia, la Palabra de Dios, la Tradición, el Concilio Vaticano II entero, especialmente Sacrosanctun Concilium, en diálogo con la posmodernidad. Y en las fuentes coincidimos todos, evitando polarizaciones estériles. ¡Casi nada! (Cf. Desiderio desideravi, 27-47).
Porque es necesario leerla. Y salir en la Liturgia “de la rigidez austera o creatividad exagerada; misticismo espiritualizador o funcionalismo práctico; prisa precipitada o lentitud acentuada; descuido desaliñado o refinamiento excesivo; afabilidad sobreabundante o impasibilidad hierática”. Son palabras de Francisco, donde finaliza en este número diciendo: “creo que la inadecuación de estos modelos tiene una raíz común: un exagerado personalismo en el estilo celebrativo que, en ocasiones, expresa una mal disimulada manía de protagonismo” (Desiderio desideravi, 54).
Por cierto, esto de “Desiderio” viene de las palabras de Jesús: “ardientemente he deseado comer esta Pascua con vosotros, antes de padecer” (Lc 22, 15). Con estas palabras comienza la Carta. Y termina con estas palabras significativas: “abandonemos las polémicas para escuchar juntos lo que dice el Espíritu a la Iglesia, mantengamos la comunión, sigamos asombrándonos de la belleza de la Liturgia” (Desiderio desideravi, 65). Este Desiderio…
Tomás Durán Sánchez, párroco Unidad Trinidad (Arrabal, Zurguén, Aldeatejada, Doñinos)