04/04/2025
Este pasado fin de semana tuvimos nuestra convivencia Jerut y Ohana. Era la segunda que hacíamos algunos de los veteranos, pero la primera para muchos otros, así que andábamos un poco nerviosos y no sabíamos cómo nos lo íbamos a pasar, pero aún así el viernes por la tarde nos metimos todos en un bus y nos pusimos rumbo a Palencia. El viaje no se nos hizo muy largo, y al llegar nos sentamos todos a presentarnos, y fuimos a colocar nuestras cosas. El sitio era muy grande y estaba precioso. Tuvimos una reflexión por grupos y luego cenamos perritos calientes, y por la noche hicimos una yincana.
A los de Ohana nos pusieron con los pequeños, como “monis” y nos lo pasamos muy bien. Las pruebas eran muy divertidas, aunque mi grupo no ganó. Luego ya hicimos las buenas noches y nos fuimos a dormir. El sábado por la mañana fuimos de ruta, y estuvimos con Jerut hasta un pueblo que no estaba muy lejos, y los de Ohana seguimos hasta subir un cerro. Al llegar arriba, estaba muy cansada, pero la verdad es que las vistas valieron la pena.
Al volver, comimos cocido y me tocó quitar la mesa, pero con la ayuda de todos fuimos rápido. Por la tarde, estuvimos preparando la velada de esa noche, celebramos una misa, cenamos sopa y calamares, y todos nos fuimos a disfrazar. La velada estuvo muy entretenida, en Ohana hicimos un teatro y un baile, y al final estuvimos todos bailando. El domingo, después del buenos días, tuvimos unos juegos con los de primero y segundo de la ESO, para presentarles Ohana, y más tarde, jugamos al fútbol, baloncesto o juegos alternativos. Después, comimos y llegó el momento de hacer la maleta y limpiar. Entre todos acabamos muy rápido y pudimos hacer la evaluación de la convivencia, en la que todo el mundo puso muy buena nota. En el viaje de vuelta estábamos muy cansados y algunos nos dormimos. Ha sido un finde muy intenso, pero lo hemos pasado genial con los de Jerut, y lo recordaremos siempre, además, para los que es nuestro último año ha sido la última convivencia, que no ha podido ir mejor.
Este finde semana hemos tenido una convivencia todos juntos y para mi ha sido la primera acampada con Ohana, una experiencia increíble desde el primer momento. Nada más llegar, hicimos una presentación de los diferentes grupos y después una yincana que nos ayudó a integrarnos y romper el hielo. A partir de ahí, todo fue fluyendo de manera natural, con cada grupo, Jerut y Ohana se organizaban para repartir las tareas y asegurarse de que todo funcionara bien.
Las actividades han sido muy variadas y han permitido que todos disfrutáramos de la acampada al máximo. Ha habido momentos más reflexivos y emotivos, como la misa y los cantos, que nos unieron mucho y nos hicieron vivir la experiencia con más profundidad. También, tuvimos otros más dinámicos, como la ruta, que en el caso de Ohana la hicimos un poco más larga para aprovechar el tiempo juntos y disfrutar de la naturaleza. Fue un momento perfecto para compartir risas, conversaciones y crear recuerdos inolvidables.
Pero sin duda, uno de los momentos más especiales fue cuando Jerut nos invitó a los que terminamos en Ohana a formar parte de su grupo el próximo año, al igual que Ohana con los de segundo de la ESO. Fue un gesto muy bonito que nos hizo sentir la importancia de esta comunidad de fe y el vínculo que se crea entre todos.
Este finde hemos tenido una convivencia el grupo Ohana junto con Jerut y los niños del campamento. Celebrada en los misioneros del Verbo Divino, una residencia que se encontraba en el municipio de Dueñas, en Palencia.
El viernes, al llegar allí, nos sentamos todos juntos para conocernos un poquito más y saber un poco de cada uno. Algunos niños, sobre todo los nuevos, estaban muy nerviosos porque no sabían lo que podría pasar en esa convivencia. Nosotros, Ohana, estábamos entusiasmados por compartir tiempo con los niños del campamento y con Jerut. La cena fue preparada por dos grandes cocineros, Percy y Laura, y gracias a ellos tuvimos la oportunidad de sentirnos como en casa. Por la noche, hicimos una yincana todos juntos, mezclados entre nosotros para crear una sola familia. Fue una noche muy divertida en la que tanto pequeños como mayores nos lo pasamos genial.
Al día siguiente, nos levantamos, hicimos los buenos días y… ¡Nos fuimos de ruta! Visitamos el pueblo de Dueñas, que estaba a muy pocos minutos de donde estábamos. Y aunque los niños del campamento se quedaron en el pueblo, Ohana seguimos un poco más hacia adelante, pero, sobre todo… hacia arriba. Subimos a una pequeña montaña y aunque hubo momentos que pensábamos que no llegaríamos, con ganas y ánimos, entre todos logramos subir.
Allí, preparamos la gran velada de por la noche. Después, bajamos y fuimos otra vez hasta la residencia para comer. Más tarde, tuvimos tiempo libre, preparamos la eucaristía y la celebramos todos juntos con cantos que nos unieron a todos como una gran familia. Por la noche, tuvimos la velada, en la que cada grupo tenía que hacer una actuación para un “concurso”, y todos pusimos todas nuestras ganas y alegría porque nuestra actuación le gustase a los demás, y sobre todo, que pasasen un gran momento con risas. Al acabar, estuvimos todos juntos bailando alguna canción y nos fuimos a la cama.
El domingo por la mañana, después de los buenos días, nos juntamos con los chicos de 1° y 2° de la ESO para enseñarles un poquito lo que era Ohana, unirnos, hacerles sentir como en una familia y animarles a que viniesen. Después de comer, todos juntos nos dedicamos a recoger y limpiar todo (porque cada día cada grupo tenía un oficio), y tristes por la despedida pero llenos de recuerdos y momentos bonitos compartidos sin importar la edad, nos fuimos hacia Salamanca para encontrarnos otra vez con nuestras familias.
Me llevo una gran experiencia con muchos aprendizajes y en la que he disfrutado de cada momento.
Para mí esta acampada ha sido mágica, donde gente de varias edades nos hemos juntado y hemos hecho muchos amigos. Hemos disfrutado como hermanos en esta convivencia y hemos conocido un poco más a Jesús. Esta ha sido mi primera acampada y ya estoy deseando ir al campamento este verano.
Llevo tres años en el campamento de la Pastoral Juvenil, voy camino del cuarto. Pero, aunque este sea mi último año de campa, me gustaría animar a más gente a vivir esta gran aventura. Hace tres años yo descubrí el campamento gracias a una amiga, nunca había salido de mi casa sola tantos días, y sin mis padres, pero me lancé sin pensar en todo lo que iba a vivir y todos los recuerdos que iba a guardar.
Todo lo que me pasó en el primer campa es lo que me anima a seguir, el conocer a gente nueva, ver todo lo que llevan preparando un año los monitores para ayudarnos a crecer en la fe y conocer mejor a Jesús. Para mí, de las actividades de Jerut, el campamento de verano son días de desconexión, de pensar solo en todo lo que voy a disfrutar.
Aunque mis años en el campamento ya se van acabando, después va otra gran familia, Ohana, que seguro que nos recibirán a todos los de 2º ESO con los brazos abiertos, gracias a la gran acampada del 28 – 30 de marzo he podido pasar un fin de semana junto a ellos.
Creo que hablo en nombre de todos los niños de esta gran familia, que esperamos con ilusión el campamento y tantas ganas durante todo el año, que la semana de antes de irnos, nos comen los nervios de pensar en si van a ir todos nuestros amigos, de cómo nos lo vamos a pasar, ¡piensas en tantas cosas esa semana! Pero luego cuando llegas allí, todos esos nervios desaparecen y tu cabeza solo piensa en las actividades que te van proponiendo y en los valores que en cada una de ellas aprendemos de la mano de Dios.
Todo esto es posible gracias a un gran grupo, Jerut, que durante todo el año organiza toda esta aventura para darnos lo mejor de ellos; pero todo ello, no sería posible si no estuviera Jesús presente y guiándonos. Me encantaría, y estoy dispuesta a seguir formando parte de esta historia muchos años más, y sin duda, a animar a mucha gente a que disfrute con nosotros.
El fin de semana del 28, 29 y 30 de marzo se realizó “La Gran Acampada”. Para llevar a cabo esta actividad nos trasladamos hasta el albergue juvenil perteneciente a los misioneros del Verbo Divino, a escasos kilómetros de Dueñas, Palencia. Esta acampada tenía como temática los “Superhéroes”, con el lema ¿Qué superhéroe eres tú?
La actividad abarcó un total de 65 participantes entre los que incluimos 45 niños y niñas de edades desde 1º de Primaria hasta 2º de la ESO y 20 adolescentes entre 3º de la ESO y 1º de Bachillerato. A mayores, contamos con la participación de un total de 18 monitores, pertenecientes a los grupos de la pastoral juvenil “Jerut” y “Ohana”.
Los coordinadores generales de la Gran Acampada fueron Raúl Izquierdo García, coordinador del grupo de jóvenes “Jerut”, acompañado de Lucía Rodríguez Blanco y Alba Wen González López, integrantes del grupo “Jerut”; y Alejandro Cuesta Flores, coordinador del grupo de jóvenes “Ohana”, junto con Antonio Mario López Benavente, acompañante del grupo de jóvenes “Ohana”.
Puedes leer en este enlace su crónica completa.
Hola, me llamo Juan y estoy en catequesis de postcomunión en la parroquia de La Purísima. Desde hace tres años participo en las acampadas y actividades de la diócesis. Lo que más me ha gustado de la “Gran Acampada” ha sido jugar al fútbol, las instalaciones, que eran amplias y cómodas. Los juegos nocturnos han estado geniales. Además, la eucaristía la preparan muy bien y está adaptada para niños y jóvenes. Yo os animo a participar en las actividades de la diócesis. Por mi experiencia, lo pasamos muy bien, conoces a gente nueva y haces amigos. Los monitores son muy majos y te ayudan a conocer a Jesús.