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07/02/2025

“Para la verdadera fraternidad hace falta cultivar la relación con Dios”

El observador permanente de la Santa Sede ante las agencias internacionales de agricultura y alimentación FAO, FIDA y PMA, Mons. Fernando Chica, impartió en Salamanca una ponencia sobre “La fraternidad como respuesta a las crisis actuales”, enmarcada en los actos del Jubileo de la Esperanza

 

SERVICIO DIOCESANO DE COMUNICACIÓN

La intervención de Mons. Fernando Chica estaba enmarcada en el programa del Jubileo de la Esperanza  de la Diócesis de Salamanca, y dentro de la campaña contra el hambre de Manos Unidas. En su ponencia, titulada “La fraternidad como respuesta a las crisis actuales”, quiso dejar claro que venía a compartir su fe, “y la experiencia de estos años en los foros internacionales, y en la andadura por diversas partes del mundo”, así como el estudio de muchos de los dramas que nos afligen, “que son dramas esparcidos por todo el territorio de nuestro planeta, y también que asolan España”.

Este observador permanente de la Santa Sede ante la FAO, FIDA y PMA, compartió con los presentes que para su intervención se había leído el último informe Foessa, donde aparecen las grandes preocupaciones de las familias en España, como la crisis económica, de la vivienda, las listas de espera en la sanidad o lo que él denominó “invierno demográfico”, el desempleo…

Al respecto, este sacerdote recordó que el papa Francisco considera que en el fondo de muchos dramas está, por ejemplo, la cultura del descarte, “y con esta expresión, el sucesor de Pedro identifica en primer lugar, el ansia de consumo compulsivo que lleva a deshacerse de los bienes con excesiva facilidad”. Mons. Fernando Chica reconoce que el papa habla mucho del derroche de los alimentos en el hemisferio norte, y en el sur, “estos mismos alimentos se pierden, porque no hay carreteras y el producto llega ya marchito, faltan refrigeradores, y lugares para contener estos productos”.

Las mujeres

Y dentro de esa cultura del descarte, también lo dice el papa, hay otra categoría que está también muy tocada, subraya en su intervención, “que son las mujeres, que en muchas partes del mundo, y en contextos laborales, no son tenidas en cuenta como deberían, y se sienten marginadas”.

Mons. Chica mencionó de forma especial a la mujer rural, “que saca adelante a familias enteras por su capacidad de administración, su resiliencia, creatividad, y una resistencia absolutamente admirable”. Y tampoco quiso dejarse a los jóvenes en relación a la cultura del descarte, “que tienen la capacidad de solucionar problemas antiguos con sistemas nuevos, pero que no se les da esa oportunidad “.

Y hay otra raíz a la que el papa Francisco también alude con frecuencia es la cultura de la indiferencia, “a veces también lo llama la globalización de la indiferencia, que hace que el hombre se sienta un ser autónomo, y haya roto muchas redes, y simplemente piense en producir.

Hacia una conversión

El papa llama a algo tan nuevo, pero a la misma vez tan antigua, subraya Mons. Chica, “como la conversión“, en concreto, “conversión ecológica”, que es una llamada global. E insiste en que en este mundo, “todos podemos aportar algo”, y unido a ello, resalta una palabra que lo define: “Juntos”, que como destaca este sacerdote, “ya aparece en el libro de los Hechos de los Apóstoles en sus 28 capítulos, y nos está diciendo a nosotros que esa palabra, que ya tiene más de 2000 años, hoy es más necesaria que nunca”.

Mons. Chica reconoce que el papa pide una urgente transformación de los corazones y de las mentes, “para que haya un mayor amor a Dios y hacia los demás”, que a él le gusta llamar casa común, “que es el espacio que a todos nos acoge y es el único que tenemos”. Asimismo, recordó unas palabras del santo padre en pandemia, y que decía: “Nadie se salva solo, tenemos que remar en la misma dirección”. Y eso implica, apuntó este observador en la santa sede, “saber delegar, implicar y atraer…”.

Y otra invitación del papa Francisco, como apunta Mons. Chica, es a cultivar un nuevo humanismo, “con un pensamiento distinto donde entra la fe”. Y cree que los desiertos exteriores se alargan porque se alargan los interiores.
“El papa llama a una cultura del encuentro personal con Cristo Jesús, y así ver en el otro el rostro de la luz de Dios”, subraya. Porque lo primero es el encuentro con Cristo y con Dios.

La cultura de la solidaridad

Un aspecto que también resaltó es que la fraternidad nace de decir que somos de la misma familia por tener un padre común que es Dios. “Y María como signo de la nueva humanidad en el camino del servicio”, interpeló. Y en relación a la cultura de la solidaridad que el papa dice que tiene que unirse al principio de la escucha. “Es importante escuchar”, resaltó.

Y antes de concluir su intervención en el teatro de Unicaja de Salamanca, Mons. Fernando Chica insistió en que para la verdadera fraternidad hace falta cultivar la relación con Dios, “la dinámica del amor… sin esperar a que el otro me lo pida”. Y remarcó que Dios es amor porque siempre toma la iniciativa, “hay que tomarla cuando tú ves que el otro está sufriendo y sales de ti mismo, el olvido de ti cuando el otro está sumido en la soledad y en la desesperanza”. E invitó a todos a orar más, “porque es la llama que nutre la esperanza“.

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