26/09/2021
Ante el nuevo curso que iniciamos, el Evangelio (Mc 9, 38-48) nos habla de la necesidad de un cambio personal en la dirección del Reino de Dios. Y lo expresa con palabras provocadoras: “Si tu ojo, tu mano o tu pie te lo impiden, córtatelos”… Viendo el comportamiento de Jesús con los demás, es evidente que lo que quiere no es que literalmente nos cortemos esas partes del cuerpo, sino que apostemos por una poda y una regeneración en lo que ellas significan. Ojo-mano-pie: la mirada, el modo de actuar y nuestra actitud en el camino de la vida.
El ojo representa la mirada. Jesús nos pide que nos fijemos en lo positivo de los demás y de nosotros mismos, más que en lo negativo, que es lo que destacan habitualmente las noticias de televisión y muchas de nuestras conversaciones. Que miremos lo que nos une, más que lo que nos separa, y que no nos distanciemos por las diferencias: ”El que no está contra nosotros, está con nosotros”. Seguir esta consigna en nuestras relaciones nos llevaría a cortar con los prejuicios, desprecios y enfrentamientos inútiles que tanto se estilan en nuestra sociedad.
La mano representa nuestro actuar y el pie, nuestra actitud ante la vida. Una mirada más limpia, positiva y evangélica nos llevaría a un comportamiento más fraterno y compasivo. Lo cual conlleva cortar con posturas defensivas o de ataque sistemático y, por supuesto, con todo tipo de violencia y maltrato “con uno de estos pequeños”. El desafío es acercarnos al otro no como un adversario, sino como un compañero en el camino de la vida y un hermano a los ojos de Jesús. Junto a todo esto, Jesús nos llama a una actitud ante la vida más confiada, dinámica y esperanzada. A creer realmente que cada curso que comienza es una oportunidad: para que el Espíritu Santo me ayude a vivir de mejor manera la tensión entre lo que soy y lo que estoy llamado a ser.
Por tanto: ¿Cómo vas a enfrentar el nuevo curso que tenemos por delante? ¿Conformándote con volver a lo de siempre, según lo permita la pandemia? ¿O abriéndote al Espíritu para activar todas tus potencialidades, cortando con lo que te impide que el Reino de Dios arraigue en tu vida y este mundo? No lo dudes: renuévate por dentro, da lo mejor de ti mismo y vive este curso como oportunidad para el Reino.
Mariano Montero, sacerdote Adsis, párroco de Santa Marta de Tormes y miembro del equipo apostólico de Pastoral Universitaria de Salamanca.