25/11/2021
SERVICIO DIOCESANO DE COMUNICACIÓN
El domingo, 28 de noviembre, se inicia el nuevo año litúrgico católico. Ese día comienza el Adviento, el tiempo de preparación espiritual para celebrar el nacimiento de Jesús, la Navidad.
En Salamanca, el primer domingo de Adviento, el Cabildo Catedral promueve la celebración de la eucaristía según el rito hispano-mozárabe, que era la forma propia en la que los cristianos de la provincia romana de Hispania celebraban los oficios litúrgicos hasta el año 1080, e incluso, después, durante la Reconquista. La Misa se celebrará a las doce del mediodía en la Catedral Vieja.
Además del primer domingo de Adviento, el Cabildo Catedral celebra esta liturgia hispano-mozárabe el primer domingo de Cuaresma y, desde este año, también, el 25 de julio, solemnidad de Santiago Apóstol, patrono de España.
La Catedral de Salamanca conserva esta liturgia desde el siglo XVI, cuando bajo el patronazgo de Rodrigo Maldonado Talavera se construyó la capilla de El Salvador en el claustro de la Catedral Vieja, conocida como capilla de Talavera, donde se celebraba la misa con el rito hispano. En su origen se estableció un calendario de 52 misas anuales según esta liturgia, que después desapareció.
En el siglo XX, el culto mozárabe en Salamanca no cuenta con capellanes encargados expresamente de su mantenimiento, pero sí con hombres ilustres que promueven por su cuenta tanto el estudio como la celebración de la liturgia hispana, como fueron José Artero, Constancio Palomo y Lamberto de Echevarría. Durante el episcopado de D. Braulio Rodríguez Plaza se celebró durante varios años el triduo pascual según el rito hispano mozárabe en la Catedral vieja.
Y aunque el rito hispano-mozárabe tiene algunas partes en común con el Romano, existen una serie de variaciones. Por ejemplo, la celebración comienza con un canto del coro que se denomina “praelegendum”, previo a las lecturas, que es propio de cada día.
Además, en esta celebración, el sacerdote no está arriba en el altar sino en la sede, junto al pueblon, y no se realiza el rito penitencial, que es sustituido por una oración a los pies del altar en la que el sacerdote, inclinado, reza una oración en secreto. Otra de las características del hispano-mozárabe es el denominado “donarium”, que es equiparado a la colecta que se hace, y que es símbolo de penitencia.
En las celebraciones en rito Hispano-Mozárabe se coloca en el altar al Cristo de las Batallas, porque simboliza la época, en la que se utilizaba este rito en las celebraciones eucarísticas.