05/05/2020
Después de tanto tiempo cerradas nuestras iglesias, por ley, por el bien común y por la colaboración con la sociedad, para impedir el contagio del coronavirus, ha llegado el momento de abrirlas con todas las precauciones que nos han advertido desde las administraciones públicas, según vayan siendo las fases de la desescalada.
Ante el lógico entusiasmo de volver a celebrar la Eucaristía a puerta abierta con los fieles, seguro que algunos de nosotros estamos pensando en desinfectar las iglesias antes y después de las celebraciones, ayudados por grupos o personas de limpieza de las parroquias, o por empresas privadas.
Ante la preocupación del patrimonio artístico de nuestras iglesias, tanto mueble como inmueble, nos alarma que se apliquen sobre ellos productos de limpieza que contiene productos químicos agresivos e irreversibles. Es nuestra obligación que los cuidemos y no los dañemos por imprudencias, o por alguien que dice que “sabe” sin estar cualificado ni tener preparación, de esas experiencias negativas seguro que ya hemos aprendido mucho.
Para orientarnos, la Junta de Castilla y León nos ha pasado una serie de “Recomendaciones para proteger el Patrimonio Cultural durante la crisis del Covid-19”. En resumen, nos dicen al final esto que quiero destacar: “En ningún caso intente desinfectar una obra de arte, un elemento histórico o documental”.
No solo se refiere a las iglesias antiguas y con mucho patrimonio, sino también para las modernas y de nueva construcción, que posiblemente albergan algunas imágenes, antiguas y contemporáneas, que también forman parte de nuestro patrimonio artístico eclesial.
Para cualquier duda, consulta y asesoramiento en relación a este tema podéis poneros en contacto con el Servicio de Patrimonio Artístico y Cultural de la Diócesis de Salamanca, bien sea por por correo: patrimonioartistico@diocesisdesalamanca.com o por teléfono. Ya sabéis que estamos a vuestro servicio y se nos ha confiado ser los primeros responsables en tomar soluciones y decisiones con vosotros en torno al patrimonio artístico, sin intromisiones previas interesadas.
Gracias a todos por seguir colaborando en mantener y evangelizar con la belleza del patrimonio artístico, que nos aporta un don urgente para este tiempo de crisis: la esperanza.
Un abrazo fraternal en Cristo resucitado.