30/10/2019
El sacerdote Manuel Muiños ha sido uno de los nueve castellano-leoneses reconocidos por su compromiso humano por la Agencia Ical en su XXX aniversario. La entrega del galardón tuvo lugar en Valladolid el pasado 24 de septiembre, donde resaltaron su vocación social y sacerdotal. Este presbítero es el presidente y fundador de Proyecto Hombre Salamanca desde hace 15 años.
Para Muiños, ese compromiso humano por el que ha sido galardonado es “el dar y el darse a uno mismo, en la medida de las posibilidades”, desde una actitud de servicio de entrega y compartir, apunta. Este sacerdote se plantea una cuestión: “¿Se puede hablar desde un punto de vista cristiano y no hacerlo desde el punto de vista del compromiso humano? ¿O tienen que ir ligados ambos aspectos?”. Él lo tiene claro: “Yo creo que tienen que ir muy unidos, que es consustancial al ser cristiano, ser creyente, a querer vivir en el Evangelio ese compromiso”, subraya. Además, añade que, si no se descubre el rostro de Dios en el otro del prójimo, “mal vamos”. En cuanto al compromiso humano en la Iglesia, Muiños cree que hay que mejorar cada día, “creo que hay mucha solidaridad y humanismo, pero hay que cuidarlo”, y añade que, si no se cuida, “al final puede crecer la hierba y cuando nos queramos dar cuenta estamos envueltos en ella”.
Por otra parte, este sacerdote vive de cerca en Proyecto Hombre las debilidades del ser humano y reconoce que eso le hace sentirse más humano, “porque no te das cuenta de lo que eres, lo que tienes, te das cuenta de que el otro podías haber sido tú mismo, que las circunstancias son diferentes pero el otro es tan humano y tan persona como tú”. En este sentido, tiene claro que el dolor y el sufrimiento “te rehumaniza y te hace sentir, entender, acoger y vivir de otra manera respecto a los demás y respecto a ti mismo”.
Distinciones como la que acaba de recibir Manuel Muiños, al igual que las otorgadas a Proyecto Hombre en otras ocasiones, asegura que ponen en valor el trabajo, “la tarea que hacemos desde la Fundación Alcándara y lo pone en valor a nivel personal y colectivo”. Pero, como a mayores reconoce, “te compromete y te mantiene en ese nivel de exigencia y corresponsabilidad con ese premio que nos han dado o que uno recibe en primera persona, o en colectivo”.
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