24/04/2024
SERVICIO DIOCESANO DE COMUNICACIÓN
El pasado verano, en un pequeño pueblo de la Diócesis de Aveiro, en Ouca, acogieron al grupo de jóvenes salmantinos que participaron en los Días en las Diócesis, previo a la JMJ de Lisboa. En total, 42 peregrinos disfrutaron de la acogida del pueblo portugués, que no dudaron en abrir sus casas durante cinco días. A modo de agradecimiento, la Diócesis de Salamanca invitó a las familias y voluntarios de la parroquia de São Martinho de Ouca a venir a la ciudad del 19 al 21 de abril.
A su llegada, fueron acogidos en la Casa de la Iglesia por los jóvenes españoles y un cartel donde se podía leer en portugués: Bem-Vindos (Bienvenidos). Esa misa noche, participaron todos juntos en una oración en ambos idiomas en la capilla mayor de la Casa de la Iglesia, con un acción de gracias por lo vivido el pasado verano.
Desde Ouca han viajado 43 personas de diferentes edades, que el sábado peregrinaron a dos de los templos más importantes de la provincia, como el de la Peña de Francia y el sepulcro de Santa Teresa de Jesús, en Alba de Tormes. En el primero de ellos celebraron una eucaristía que presidió el obispo de Salamanca, Mons. José Luis Retana, quien dio la acogida a los portugueses agradeciendo el trato que ofrecieron a los jóvenes en los Días en la Diócesis.
Después de visita este santuario, el grupo se desplazó a La Alberca, donde conocieron la iglesia parroquial y comieron en los salones parroquiales. Y por la tarde, viajaron hasta Alba de Tormes para visitar el sepulcro de Santa Teresa de Jesús. Y de vuelta a la ciudad, tras la cena visitaron Ieronimus y la historia de la Catedral de Salamanca.
El domingo, tras conocer el interior del convento de San Esteban y su iglesia, participaron en la eucaristía de las doce en la Catedral Nueva, presidida por el canónigo, Juan José Calles, y concelebrada por un sacerdote de la parroquia de Ouca, Nicolau Barroqueiro. En su saludo inicial, el canónigo recordó que en el templo catedralicio, ese día, “somos una única asamblea y un único rebaño”.
En su homilía, Calles también recordó la experiencia del pasado verano, y como ahora, ellos habían sido los acogidos en Salamanca: “Han vivido la experiencia de la hospitalidad de nuestra Iglesia, con nuestro pastor, don José Luis, que os ha acompañado ayer en el santuario de la Virgen de la Peña de Francia”.
Y antes de la bendición final, el párroco de Ouca, Nicolau Barroqueiro, compartió unas palabras de agradecimiento. “Somos una única Iglesia, un único pueblo, el pueblo español y el portugués, somos hermanos, y estamos ligados por un cordón umbilical, y por lo tanto, nos sentimos también en casa”, compartió. Asimismo, recordó la celebración del buen pastor de este domingo, “que guía y conduce a las ovejas, y pienso que tenemos esta misión de ayudarnos a llevar las ovejas a buenos pastos”.
Por otra parte, reconoció que la Iglesia universal atraviesa un momento difícil, “y necesitamos cristianos valientes, ovejas valientes“. Además, subrayó que tras la experiencia vivida previa a la JMJ, “queremos que la Diócesis de Aveiro y la de Salamanca, “hagamos comunión a nivel de Pastoral Juvenil, con algún trabajo conjunto”. De esta manera, cree que así seguirá vivo el espíritu de las jornadas mundiales de la juventud.