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Cientos de personas se congregaron en una peregrinación que comenzó en el centro de acogida Padre Damián, y recorrió diferentes emplazamientos del barrio de Garrido, presidido por el obispo, Mons. José Luis Retana

SERVICIO DIOCESANO DE COMUNICACIÓN

Las delegaciones de Pastoral Juvenil y Pastoral Universitaria organizan cada año un vía crucis en Cuaresma, dedicado especialmente a los jóvenes, y que se celebró el pasado 14 de marzo. El obispo de Salamanca, Mons. José Luis Retana, presidió esta peregrinación que giró en torno al Jubileo de la Esperanza y comenzó su recorrido en el centro de acogida Padre Damián.

Allí se rezó la primera estación, con la participación de trabajadores y residentes de este centro de Cáritas diocesana de Salamanca. Después, su camino junto a la Cruz de la Asamblea les llevó a la entrada de la residencia de las Hermanitas de los Pobres, donde realizaron la segunda estación, a cargo de los jóvenes de Pastoral Universitaria. Y al finalizar, los jóvenes continuaron su camino por las calles del barrio de Garrido, hasta la residencia de la Asociación de Esclerosis Múltiple de Salamanca, para rezar la tercera estación, junto a los responsables del centro y algunos usuarios, que recibieron el cariño del obispo. Los encargados de dinamizar esta estación fueron los integrantes de la Asociación de Colegios Mayores y Residencias Universitarias de Salamanca.

La cuarta estación se realizó en plena calle, en la avenida de Federico Anaya, junto a la glorieta del Voluntariado, donde el grupo Jerut, de Pastoral Juvenil, además de reflexionar sobre su estación, repartió pequeños papeles donde estaba representada una cruz. Y en el colegio Filiberto Villalobos, el grupo joven de la Hermandad Dominicana fue el encargado de rezar la quinta estación, junto a un marco con la imagen de Nuestro Padre Jesús de la Pasión.

En la parroquia de San Mateo

La única estación que se celebró en el interior fue la sexta, en la parroquia de San Mateo, a cargo de los jóvenes del grupo Umaidon. Y como última parada, y séptima estación, se realizó en la plaza de Barcelona, como uno de los corazones neurálgicos de este barrio de la ciudad. Allí, los niños del colegio Montessori cantaron una canción: “¿Por Qué Lloras?”, de Hakuna group Music.

Y antes de que el obispo impartiera la bendición final y compartiera unas palabras, dos jóvenes leyeron un manifiesto, en el que resaltaron que quieren seguir a Jesús en su vida, “allí donde nos llame, allí donde nos necesite”. Y plantean al Señor, “¿qué quieres de mí?”. Asimismo, remarcaron que tienen valores, “que nos importa lo que pase en el mundo, que queremos vivir una fe en la que tengamos en cuenta a las personas que más sufren y que viven en situaciones de pobreza o vulnerabilidad”. Y que no quieren ser ajenos a estas realidades. En este sentido, se ofrecen a servir, “allá donde se nos necesite”.

Los jóvenes se sienten llamados a ser “apóstoles de la esperanza”, y más allá de sus grupos, parroquias, movimientos, colegios o asociaciones, “nos sentimos Iglesia con el resto de jóvenes, y también con el resto de personas”. Por otra parte, demandan tener voz, porque tienen ideas y cosas que les gustaría cambiar, “queremos que se acoja nuestra crítica cuando se da”.

Otra de sus demandas es tener personas que nos guíen y nos ayuden a seguir creciendo en la fe. “Y queremos decir que sí, con nuestra vida, en medio de nuestros estudios o trabajos, nuestra familia y nuestros amigos”, subrayaron.

Una convocatoria diocesana

Tras la celebración del vía crucis, Mons. José Luis Retana reconoció estar “muy contento” al ver tanta participación, y en especial, “por la unidad, que se ha expresado en el gesto de esta noche”. El obispo considera que tanto jóvenes como menos jóvenes, “nos hemos reunido para acompañar a Jesús, y lo hemos hecho diocesanamente”.