29/01/2025
SERVICIO DIOCESANO DE COMUNICACIÓN
El próximo domingo, 2 de febrero, la Iglesia celebra la XXIX Jornada Mundial de la Vida Consagrada, con el lema: “Peregrinos y sembradores de esperanza”. Este día es una ocasión especial para reconocer la entrega de quienes dedican su vida a Dios y al servicio de los demás, agradecer su testimonio y orar por ellos y por el surgimiento de nuevas vocaciones a la vida consagrada.
En Salamanca, la celebración diocesana organizada por la Delegación diocesana de Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica tendrá lugar a las 18:00 horas en la iglesia de La Purísima y será presidida por el obispo diocesano, Mons. José Luis Retana. Una eucaristía abierta a toda la comunidad diocesana, y en especial a los religiosos y religiosas, vírgenes consagradas e institutos seculares.
La celebración comenzará con el rito de bendición de las candelas, seguido de la eucaristía, y en ella los consagrados renovarán sus compromisos religiosos y apostólicos, reafirmando su dedicación a la vida espiritual y al servicio de la Iglesia.
La jornada coincide con la fiesta de la Presentación del Señor, también conocida como la fiesta de la Candelaria, que recuerda el momento en que María y José presentaron a Jesús en el templo, 40 días después de su nacimiento. La tradición de bendecir velas en esta fecha simboliza a Cristo como luz del mundo, del mismo modo que los consagrados están llamados a reflejar esa luz a la humanidad.
Bajo el lema: “Peregrinos y sembradores de esperanza”, la Iglesia destaca este año el papel de los consagrados en la sociedad como portadores de fe y esperanza. En el marco del Año Jubilar, se refuerza el llamado a todos los bautizados a vivir su fe con entusiasmo y compromiso, siguiendo el ejemplo de quienes dedican su vida a Cristo.
El mensaje de los obispos de la Comisión Episcopal para la Vida Consagrada para esta jornada presenta a los consagrados como estandartes de una peregrinación que, a su vez, esparcen semillas de esperanza en su camino. Durante la Jornada de la Vida Consagrada de 2024, el papa Francisco resaltó la paciencia y la entrega de los consagrados en su espera diaria en Cristo y animó a observar esta virtud. También destacó los «corazones jóvenes» de las personas consagradas, que no desisten en su espera ni se rinden en el camino de la esperanza.
En este 2025, el mensaje de la jornada se centra en dos virtudes esenciales: la misión profética y las relaciones nuevas. La primera se refiere al llamado de los consagrados a transmitir la esperanza de Jesucristo en medio de los desafíos del mundo actual. La segunda resalta la importancia de construir vínculos de fraternidad y solidaridad, esenciales en una sociedad donde el individualismo puede predominar.
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