08/11/2019
La Iglesia diocesana se respira en cada barrio, en cada calle y en cada casa. La comunidad la conforman todos, desde el bautismo, y más allá del templo, en su vida cotidiana. Este domingo, 10 de noviembre, se celebra el Día de la Iglesia Diocesana, donde se recuerda de forma especial la labor de la misma y la importancia de que sea apoyada.
En Salamanca, se asienta sobre varios pilares, como, por ejemplo, la actividad celebrativa. En el año 2018, se celebraron 1.272 bautizos y 1.444 comuniones, además de 383 confirmaciones y 422 matrimonios.
Otra clave que conforma esta Iglesia salmantina es su tarea pastoral, para la que contaba el pasado ejercicio con 161 sacerdotes y dos seminaristas, además de 629 catequistas y 1.056 religiosos. Asimismo, destacan las 411 parroquias con vida diocesana, con 5 diáconos permanentes y 20 monasterios. Cifras que se enmarcan en la vida de una diócesis cercana y sencilla. Cabe también destacar la actividad evangelizadora, ‘ad gentes’, con 198 misioneros repartidos por el mundo y tres familias en esa tarea.
Intensa labor también en materia educativa, con los profesores de la asignatura de Religión en los centros educativos, con 23 de ellos católicos, entre la capital y la provincia.
También recordar el patrimonio cultural, con 40 bienes inmuebles de interés cultural, así como 61 proyectos de construcción, conservación y rehabilitación. De estos últimos, es responsable la Delegación diocesana para el Patrimonio, quien asesora y supervisa las iniciativas que los diferentes agentes de acción pastoral proponen sobre la ejecución de obras de mantenimiento, rehabilitación y restauración de los bienes muebles de carácter histórico y artístico de la diócesis. En 2019, se están realizando diversas obras en los templos, viviendas y demás bienes diocesanos, “en función de las necesidades vistas y de las prioridades marcadas”, apuntan desde esta delegación.
Un total de siete obras se están llevando a cabo a través del convenio de colaboración con la Diputación de Salamanca, en la provincia, con diferentes proyectos que van desde la restauración de la iglesia de San Andrés Apóstol, en Aldeaseca de Alba, la cubierta de la iglesia de Cipérez, las de Lagunilla o la de San Miguel Arcángel de Peñaranda de Bracamonte, entre otros.
A estos proyectos hay que sumar los que se realizan con fondos propios de la diócesis en 14 municipios, con proyectos importantes, como la rehabilitación de la sacristía en Buenamadre, la restauración de la cubierta en Cespedosa de Tormes, la cornisa y cubierta de Espino de La Orbada, o nuevos pavimentos en Masueco y en la parroquia de San Pablo de la capital, entre otros.
En cuanto a la economía de la diócesis, de la que se hace balance también en esta jornada, cabe resaltar que en 2018 se ingresaron algo más de 5,9 millones de euros, en su mayoría de la X de la Renta, con más de 2,5 millones de euros, y donde destaca el incremento de las aportaciones de los fieles, con 679.943 euros. En cuanto a los gastos, el año pasado ascendieron a más de 5,6 millones de euros, dedicados a acciones pastorales y asistenciales; a la retribución del clero y del personal seglar, o en su mayor parte, a la conservación de edificios y gastos de funcionamiento. Dentro del apartado de acción social, subrayar los 90.000 euros aportados por la diócesis al proyecto de Ranquines en 2018. Y dentro de la realidad diocesana, también se apoya a Cáritas, que recibió de las colectas de las parroquias 189.429 euros, y para Manos Unidas, la cifra ascendió a 76.326 euros.
Actividad asistencialPor último, recordar la actividad diocesana asistencial, con un total de 37 centros sociales, 39.926 personas atendidas, 1.127 personas mayores, enfermos crónicos y personas con discapacidad, y hasta 11 proyectos de cooperación al desarrollo en el mundo.
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