ACTUALIDAD DIOCESANA

03/02/2022

La restauración de los cuadros de la capilla del Nazareno

“La expulsión de los mercaderes” y “La Matanza de los inocentes” son dos obras del siglo XVII que tenían un importante deterioro a nivel de soporte y pictórico

 

SERVICIO DIOCESANO DE COMUNICACIÓN

La capilla del Nazareno da cobijo a dos grandes cuadros del siglo XVII, atribuidos al entorno de Micco Spadaro, un pintor napolitano, que recogen dos escenas: La expulsión de los mercaderes y La matanza de los inocentes. Su estado de conservación no era bueno y desde el Cabildo de la Catedral decidieron restaurarlos. Como con anteriores obras del templo, las responsables han sido las restauradoras, Carmina Fernández y Carmen Diego.

Los lienzos presentaban desgarros en la tela.

Ambas especialistas llevan más de treinta años trabajando juntas en la conservación y recuperación de obras artísticas, en especial, en pintura y escultura. Como apunta Fernández, el estado de conservación de estos cuadros era “pésimo”, y lo que les llamó la atención fue los desgarros que tenían a nivel de soporte, “que habían afectado también a la película pictórica”. En el caso de La matanza de los inocentes contabilizaron hasta ocho desgarros en la tela, y la otra pieza, La expulsión de los mercaderes, “uno central, bastante importante”.

Esta restauradora confirma que la tela tenía una trama muy abierta, “muy utilizada en Nápoles en esta fecha, con lo cual vamos a situarlos en torno a ese pintor y en esa zona”. Ese tipo de trama lo que ocasiona, según describen, es que la pintura se marque como una cuadrícula por toda la superficie, “y al estar poco adherida al soporte, ha conllevado a una multitud de pérdidas de pintura, sobre todo en el borde inferior de uno de los dos cuadros”.

Un color amarillento

Detalle del lienzo “La expulsión de los mercaderes”, antes y después de la restauración, en el que se aprecia el oscurecimiento de la imagen provocado por la suciedad acumulada.

Además, en ambos cuadros comprobaron la oxidación del barniz, de color amarillento, y la suciedad, “que con el paso del tiempo había acúmulo de humo, y eso aporta un tono muy graso a la pintura, además del depósito de polvo“. Todos estos desencadenantes originaban que ambas escenas se vieran muy oscuras, “e igual le pasaba al marco, con remates en dorado, que estaban cubiertos de suciedad superficial, con un aspecto muy negruzco”.

El tiempo de trabajo de restauración de ambos cuadros ha sido aproximadamente de tres meses, “de muchas horas cada día, porque es una labor que requiere de mucha paciencia, es muy delicado”. Otra de las intervenciones ha sido en el remate de los cuadros, que están en el arcosolio, pegados al muro, “que forman parte del conjunto y donde se describe lo que se representa en cada lienzo”. Tras la intervención, las restauradoras aseguran que ambas obras se presentan “como se pudieron pintar en el siglo XVII”.

Carmen Diego es otra de las restauradoras de estas piezas de la Catedral, y detalla algunas de las técnicas utilizadas en ambos casos, que difiere, ya que aunque estaban ubicados en la misma capilla, “uno se encontraba un poquito peor que el otro”.

Técnica del “reentelado”

Reentalado de uno de los lienzos restaurados.

En el soporte han tenido que realizar un tratamiento de “reentelado”, “porque nos fue imposible consolidar el soporte, dada la cantidad de desgarros y de agujeros que tenía”. Y al tener la trama muy abierta, “estaba muy ácido y quebradizo, prácticamente se veía al trasluz”, subraya.

El “reentelado”, en el cuadro de La matanza de los inocentes, consistió en pegar un lienzo lo más parecido posible al original por el reverso, “que se realiza con unos adhesivos reversibles naturales, que no dañan la obra y aguantan mucho tiempo, y sobre todo, que son reversibles y en un momento dado se puede eliminar”.

Asimismo, hicieron muchas catas de limpieza para probar los disolventes, “las mezclas que necesitamos para cada zona de color, que era diferente, y comenzamos la limpieza”, detalla. Así descubrieron colores que ni siquiera ellas pensaban que estaban ahí, “porque son muy vivos y están muy bien conservados”.

Más luz a los cuadros

Proceso de cata de limpieza en el lienzo de La matanza de los inocentes.

Según avanzaron en la limpieza del lienzo, apreciaron más las imágenes, “hay tantos personajes en cada obra, que vas analizando cada cara, cada gesto y cada trazo, que está muy bien dibujado, muy bien hecho“. En el cuadro de La expulsión de los mercaderes el soporte estaba mejor conservado, “lo que nos permitió solo tratar los bordes, donde pusimos unos refuerzos para poder volver a tensar”.  En esta obra destaca el fondo blanco de la arquitectura que se representa, “que da muchísima luz al cuadro”.

En sus fases de trabajo, las restauradoras también han tenido que reponer la pintura que le faltaba, con un estuco, “hecho también con colas naturales y con sulfato cálcico, que solo cubre la pérdida, y eso es muy importante”.  Carmen Diego y Carmina Fernández están contentas con el resultado final, “agradecemos al Cabildo que haga este esfuerzo económico, y esperamos que se sigan acometiendo obras y que se remate la restauración de esta capilla del Nazareno”.

 

Las restauradoras Carmina Fernández y Carmen Diego junto al lienzo de La matanza de los inocentes.
Los cuadros restaurados ya pueden contemplarse en la capilla del Nazareno, en la Catedral Nueva.
La expulsión de los mercaderes.

 

 

 

 

 

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