14/05/2020
El párroco de Sotoserrano, Alfredo Fernández, tenía la sensación de que había pasado mucho más tiempo de su última eucaristía en esta localidad de la Sierra de Francia. “Es algo extraño, parecía que habían pasado siglos desde que no nos veíamos, y han sido dos meses en realidad, que no es tan largo, pero han pasado tantas cosas que parece que es mucho más”, relata.
Antes de abrir el templo para sus feligreses, este sacerdote diocesano ha vaciado la pila bautismal, y además, ha colocado un gel hidroalcohólico para que al entrar los fieles laven sus manos. Otra medida ha sido instalar un felpudo a la puerta con una solución desinfectante, “para que se limpien los pies”, y de esta forma, como subraya, “está garantizada la higiene de cada persona”.
Además, Alfredo Fernández ha hablado con los ayuntamientos de sus parroquias que han pasado a la fase 1, como Herguijuela de la Sierra y Sotoserrano, “para que desinfecten el acceso de las iglesias, y así lo han hecho”.
Sus primeras sensaciones al regresar han sido agridulces, como él mismo describe: “Es extraño, porque por un lado, la gente tiene un deseo grande de recuperar las celebraciones, de poder ir a la iglesia, así como de recuperar cualquier otro ámbito de la vida normal, y al mismo tiempo, se nota un cierto miedo”.
Y a la hora de avisar de la reapertura del templo y la celebración de la eucaristía, este presbítero se apoyó por un lado, en las Hijas de la Caridad que residen en el municipio, y de forma especial, en las redes sociales, ya que la parroquia cuenta con una página propia en Facebook. En ella publicó un vídeo donde se dirigía a los feligreses.
Y como ya hiciera en su primera eucaristía en Herguijuela, Alfredo Fernández ha querido tener presente a los que han fallecido, “porque es una sensación muy dura, de no haber podido despedirse, de ese duelo que no se ha cerrado, es muy duro, y eso va a traer mucha más cola”. Justo este miércoles ha tenido que oficiar un entierro, la segunda de las muertes en este periodo de pandemia en Sotoserrano.
Antes de iniciar la eucaristía también se ha dirigido a las 25 personas que han acudido, en un templo con un aforo máximo de 40, un tercio del total, como fija el decreto del Gobierno respecto a la fase 1. “Les he explicado de viva voz algunas orientaciones, como la colocación de dos personas por banco como mucho, la separación entre dos ocupados”, advierte, pero ha sido testigo de como la gente “está bastante concienciada”.
Por otra parte, les ha explicado que se elimina el gesto de la mano a la hora de darse la paz, y que en la Comunión, que es el momento de mayor contacto, como dice la nota de la Conferencia Episcopal y la del obispo de la Diócesis de Salamanca, Carlos López, “el diálogo del Cuerpo de Cristo, Amén, se hace una sola vez desde el altar, y luego ya se da la comunión en fila”, y como describe Fernández, “ha ido bien”.
Otra de las recomendaciones que ha compartido con su parroquia es que aunque no es obligatorio, “si es recomendable usar la mascarilla dentro de la iglesia”. En definitiva, este sacerdote cree que todo es “sentido común”, y tener en cuenta que no se pueden tocar las cosas, “mantener una distancia”. Asimismo, ha dejado las puertas abiertas para evitar el contacto con el pomo.
El tercero de los municipios donde ya puede celebrar la eucaristía es en Madroñal, también en fase 1, “y lo haré este sábado, para hacer la misa de domingo”. En las tres parroquias, Alfredo Fernández quiere recuperar el ritmo habitual de eucaristías, “que es la costumbre de la gente”. En Herguijuela y Sotoserrano, una misa a diario y la del domingo, y en Madroñal, el sábado.
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