26/01/2025
Hoy, tercer domingo del tiempo ordinario, celebramos el “Domingo de la Palabra”, una iniciativa del papa Francisco para hacer comprender la importancia de la Palabra de Dios en la vida cotidiana, porque la Palabra de Dios no está encerrada en un libro y se hace signo concreto y tangible.
Posiblemente nos cueste un poco más a nosotros comprender el sentido de este domingo que lo que les podía costar a nuestros padres y abuelos. Para entenderlo bien, nos vamos a ayudar del verbo ser: Ser Palabra. ¿Qué significa esta expresión? Significa hacer vida lo que somos. Cuando damos palabra de algo, comprometemos lo que somos, nuestra vida y no hay vuelta atrás. Pensemos en los tratos que todavía hacen las gentes del campo, sobre todo los ganaderos, se dan la mano, hacen el trato y se dan palabra de cumplirlo por ambas partes, luego ya harán los papeles que haya que hacer para formalizarlo. Dar la palabra genera confianza, fiarse del otro e implica
la vida porque implica llevar a cabo aquello a lo que te has comprometido.
La Palabra de Dios es para vivirla, para sembrarla en nuestra vida, para llevarla a la vida a través de nuestros actos. La Palabra de Dios es una brújula para caminar en la vida.
En el evangelio de hoy, Lucas nos muestra a Jesús que lee la Palabra y les dice que en él se manifiesta todo lo que acaba de proclamar. Jesús es la Palabra, en él se cumple que el mundo puede ser de otro modo, donde la utopía que manifestaba el profeta Isaías se hace realidad. Desde Jesús las cegueras del mundo pueden tener luz, los oprimidos y cautivos libertad, los más pobres esperanza. Los cristianos estamos llamados a llevar a la vida esta Palabra para transformar el mundo con la fuerza del Espíritu que nos acompaña porque se ha derramado en nosotros. Tenemos que ser Palabra viva.
Lucas pone en orden los relatos y tradiciones sobre Jesús y se convierten en evangelio, en Palabra viva. Y lo hace en forma de carta… ¿recordáis cuando escribíamos cartas? Las cartas tienen destinatario, en este caso es Teófilo. Significa amigo de Dios. Por extensión nosotros somos hoy los amigos de Dios, a quienes se dirige la Palabra. Hagámosla vida en nosotros y en nuestro mundo.
Feliz domingo.
José Luis Miguel, religioso de los Reparadores, párroco de Nuestra Señora de los Dolores en el barrio de San José