ACTUALIDAD DIOCESANA

01/11/2019

La liturgia de las horas en la Catedral de Salamanca

Los responsables del templo alientan a los laicos a que participen en este momento de oración por las necesidades del mundo y de la Iglesia

“La liturgia de las horas es la liturgia de la Iglesia, en que la que se ora con los salmos por todas las necesidades del mundo y de la Iglesia”, apunta el canónigo responsable de la Liturgia en la Catedral de Salamanca, Jesús Terradillos. Estos oficios no atraen a los laicos, y como señala este presbítero, quizás se debe al desconocimiento. Pero de forma especial quiere invitar al pueblo de Dios a que se acerque a esta celebración. “Los que tenemos el deber de recitar y rezar la liturgia de las horas, lo hacemos en nombre de toda la Iglesia, sobre todo los consagrados, los sacerdotes”, afirma, pero insiste en que los laicos también son Iglesia, “y deberían de participar, si no todos los días, al menos en las fiestas, en los domingos”.

Cabe recordar que la liturgia de las horas es el conjunto de oraciones (salmos, antífonas, himnos, oraciones, lecturas bíblicas, etc.) que la Iglesia reza en determinadas horas del día. Las principales son los laudes, que se hacen por la mañana, y las vísperas, al atardecer. Además, comprenden la hora intermedia, la tercia, la sexta, la nona, y las completas, por la noche.

Terradillos cree que ahora que se trata de revalorizar el domingo, “lo lógico sería que el pueblo cristiano se reuniera para la liturgia de las horas y para la celebración de la eucaristía”. De hecho, este canónigo resalta que en alguna parroquia así se hace.

Todos los domingos, laudes a las 10.15 horas

En otros tiempos, la liturgia de las horas se realizaba en latín, pero eso cambió para acercar a más personas. En la Catedral, los domingos a las 10:15 horas se celebran los laudes y hora intermedia, y bajo su punto de vista, “está muy distante de la eucaristía, para que la gente venga de seguido a las dos cosas”. Allí celebran el oficio de las laudes y la hora intermedia. “Es importante que esto lo haga la Iglesia, los consagrados, pero que los fieles laicos también participen, como una invitación, a que se unan a esa oración de la Iglesia”, insiste. Y, sobre todo, en los tiempos fuertes, como cuando comienza el Adviento, la Navidad o la Cuaresma, entre otras.

 

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