12/12/2019
¿Qué pasos se siguen a la hora de realizar una obra en un templo de la Diócesis de Salamanca? ¿Cuáles son las prioridades que se tienen en cuenta? La Delegación diocesana para el Patrimonio es la responsable de esta tarea. En lo que va de 2019, han realizado un total de 71 obras de mantenimiento, rehabilitación y restauración de bienes de carácter histórico y artístico de toda la geografía de la diócesis. Cabe recordar el patrimonio de la Iglesia de Salamanca, con 539 templos, de ellos, 423 iglesias, 116 ermitas, 317 centros parroquiales o 294 cementerios, entre otros espacios. Además, resaltar que 41 han sido declarados BIC (Bien de interés cultural).
El primer paso antes de la realización de una obra es que tenga conocimiento la delegación de esa necesidad o deficiencia. Puede venir desde diferentes cauces. O bien el propio sacerdote comunica la situación, los feligreses, o el consejo parroquial. En ocasiones, el equipo de la delegación (delegado y arquitectos técnicos) detectan también este tipo de demandas.
El delegado de Patrimonio, Juan Pedro Melgar, confirma que en la mayoría de ocasiones es el propio sacerdote el que realiza la demanda.
El siguiente paso consiste en realizar una primera visita al lugar, bien sea un templo parroquial, una ermita, unos locales o una vivienda.
“Allí realizamos una toma de datos para analizar el estado real con el objetivo de hacer un diagnóstico posterior”, concreta, porque como detalla, existen una serie de criterios a tener en cuenta. “La actuación puede ser de urgencia, si así se requiere, de mantenimiento o integral”, insiste Melgar.
Y ante una obra también evalúan el estado en el que está, si se puede esperar, su valor artístico, “y el uso pastoral”. Desde la delegación apunta que toda decisión se basa en estos tres elementos.
Lo más desconocido en esta labor quizás sean los pasos técnicos que se siguen en cada proyecto. Como enumera su responsable, tras una medición y toma de datos por parte de los técnicos, en la diócesis trabajan dos arquitectos técnicos (aparejadores), se elabora el proyecto, que en algunas ocasiones también realizan diferentes arquitectos, según la obra, como aclara Juan Pedro Melgar.
Con el proyecto ya en la mano, la siguiente tarea consiste en pedir varios presupuestos a las empresas constructoras, contando con las empresas locales. Cabe destacar que en los últimos siete años han contratado hasta 45 empresas diferentes para los proyectos.
Un nuevo paso será adjudicar la obra a una de estas empresas, y tras comunicarlo, se solicitarán la licencia oportuna al Ayuntamiento del municipio, que a su vez se traslada, si es oportuno, a la comisión territorial de Patrimonio de la Junta de Castilla y León, para que informe sobre la actuación. Finalmente, una vez cumplidos estos trámites se pasará a la ejecución de la obra, con su correspondiente coordinación de seguridad y salud. Durante la obra, los responsables de la delegación supervisan su ejecución, y al finalizar reflejan por escrito cada paso efectuado, elaborando el “final de obra”.
En cuanto a la financiación de las obras, Melgar detalla que existen varias vías. Por un lado, que sea financiada en su totalidad por la parroquia, “aunque es la menos habitual”, o compartida con la diócesis, al 50%, aunque se suele financiar la parte parroquial. Además, existe un convenio con la Diputación de Salamanca que se firma cada dos años, donde desde una comisión se deciden los templos de ámbito rural, que se beneficiarán de este importe, “que tiene como prioridad la urgencia”, subraya Melgar.
El importe final del mismo es de 600.000 euros, que aportan a medias cada institución. Las intervenciones más habituales de este último año han sido la restauración de cubiertas, muros en templos parroquiales o reformas.
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