23/01/2023
SERVICIO DIOCESANO DE COMUNICACIÓN
La Comisión diocesana del Sínodo ya ha enviado a la Conferencia Episcopal Española las aportaciones de la Iglesia en Salamanca para la Fase Continental, tras el encuentro celebrado el pasado 14 de enero. La diócesis participará este sábado, 28 de enero, en una asamblea nacional que tendrá lugar en Madrid, donde participarán laicos, religiosos, sacerdotes y obispos.
En este encuentro se trabajará sobre la síntesis elaborada por el equipo sinodal, a partir de las respuestas enviadas por las diócesis, congregaciones y por los movimientos laicales, y con todo ello, se preparará la síntesis que se enviará a la Asamblea continental.
En esta reunión participarán un total de 120 asistentes, entre los que se encuentran los obispos miembros de la Comisión Permanente; un miembro de los equipos sinodales de cada diócesis; en el caso de Salamanca, una laica, Elena Guzmán; 10 de la vida religiosa y 10 de asociaciones laicales y movimientos.
El encuentro comenzará a las 10 de la mañana con la acogida a los participantes y con unas palabras de bienvenida del presidente de la Conferencia Episcopal Española, el cardenal, Mons. Juan José Omella, arzobispo de Barcelona. Después, se presentará el texto síntesis elaborado por el equipo sinodal de la Conferencia Episcopal a partir de las aportaciones de las respuestas enviadas por las diócesis, movimientos, congregaciones, y otras aportaciones de distintos grupos.
A continuación, tendrá lugar el trabajo compartido por grupos para perfilar el documento presentado, añadiendo o matizando las aportaciones que los participantes consideren necesarias. Este encuentro también servirá de preparación para la Asamblea continental europea que se celebrará en Praga del 5 al 9 de febrero.
En cuanto a las aportaciones de la Diócesis de Salamanca, que se unirán a las recibidas por la Iglesia en España, responden a las preguntas del documento de trabajo de la Fase Continental del Sínodo.
Entre ellas, las intuiciones y experiencias nuevas o iluminadoras de la Iglesia. Tras el encuentro celebrado el 14 de enero, se considera necesario renovar las estructuras, los cauces de comunión, participación y corresponsabilidad de todos los bautizados: “Revisar las estructuras eclesiales que ya existen para que funcionen de una manera sinodal”, remarcaron en la asamblea. Además, apuestan por potenciar y ampliar ámbitos de escucha, acompañamiento y diálogo a todos los niveles institucionales, participativos y pastorales: “Se ha insistido en la escucha y el diálogo, tanto a los que están dentro como a los que están fuera de la Iglesia”.
En el marco de las experiencias nuevas o iluminadoras, coinciden en la necesaria formación sinodal a todos los niveles, “no solamente en lo catequético o teológico, profundizar en todo”.
La Iglesia en Salamanca también ha hablado sobre tensiones o divergencias desde la perspectiva del continente. Los grupos sinodales han detectado una falta de escucha, de discernimiento y desunión dentro de la propia Iglesia: “Nos quita credibilidad si cada uno vamos por caminos distintos”.
Además, han resaltado un excesivo “protagonismo” de los sacerdotes y la pasividad de los laicos: “Es también un punto de tensión el clericalismo, que hace que los laicos no se decidan a participar en muchos casos”.
Entre las ideas expuestas, se deja ver que hay zonas geográficas de la Iglesia, “donde no se ha vivido este espíritu sinodal como nosotros lo estamos viviendo”, de tal forma que hay parroquias donde no se ha visto ni anunciado el Sínodo. Han surgido tensiones “con la jerarquía, sobre todo, por el excesivo clericalismo”. Además, se ha concretado la importancia que tiene la participación de los sacerdotes en este proceso sinodal convocado para todo el Pueblo de Dios.
La Iglesia en Salamanca piensa que hay que abordar el diálogo interreligioso, “la llamada al ecumenismo, el reconocimiento de las distintas espiritualidades dentro de la Iglesia Católica y otras religiones”.
Por otra parte, mencionan el “importante” papel de la Iglesia en los procesos de reconciliación, paz y diálogo social. “Nos preocupa el compromiso con la paz desde la guerra y la violencia que sufrimos. ¿Qué palabra tiene la Iglesia en Europa?”, también destacada entre las prioridades.
Asimismo, los grupos realizan una llamada a la Iglesia Europea “en la transparencia y la asunción de responsabilidades por delitos o malas prácticas cometidas (abusos, gestión económica transparente y socialmente responsable, cumplimiento normativo como organización que somos, etc.)”.
Indican la necesidad de generar “espacios de escucha y acogida, especialmente a aquellos colectivos que no se sienten reconocidos y que no sienten que forman parte de la Iglesia, como las personas separadas, el colectivo LGTBIQ+, los pobres, etc.”.
En relación a las prioridades, temas recurrentes y llamadas a la acción, en las aportaciones de la Diócesis de Salamanca se subraya la necesidad de crear comunidades “vivas”, grupos, comunidades parroquiales, “donde se pueda vivir la fe”. La Iglesia en Salamanca habla de desarrollar estructuras sinodales con personas formadas y espiritualidades vivas: “Cuidar la formación de todos los miembros del Pueblo de Dios y, especialmente, de los pastores, en clave de sinodalidad”.
De nuevo surge como prioridad, como tema recurrente y como llamada a la acción de todos los grupos sinodales, la plena inclusión de la mujer, “que no se trata solamente de tener una participación como asistente, sino de tener una participación activa, especialmente en los centros de toma de decisiones de la Iglesia”.
En cuanto a la liturgia, se reclama un “estilo sinodal”: “Nuestras celebraciones litúrgicas están desconectadas de la realidad la mayoría de las veces”. Al respecto, se matiza la necesidad de apostar por un “método sinodal como estilo y metodología permanente”.
Otra llamada a la acción interpelada por los grupos sinodales es el cuidado de los mayores y del medio rural, “como minoría, en nuestro contexto diocesano, y también europeo, apostar por el cuidado de una población envejecida y del medio rural, un poco abandonada, esquinada desde la realidad continental”.
A estas ideas se suma otro tema recurrente: “la importancia de las actitudes sinodales: la escucha, el diálogo, la inclusión, caminar con y desde el Espíritu Santo en todas las acciones de la Iglesia”. En definitiva: “Una Iglesia en salida”.
Especial foco se pone en los jóvenes “con escasa presencia en la Iglesia y en el proceso sinodal”. “Hay que evangelizar a los jóvenes, poniendo en marcha el Sínodo de los Jóvenes”. En este sentido se plantea: “¿Cómo van a entrar los jóvenes en esta tienda si no van a la Iglesia?”.
La Iglesia en Salamanca habla de una “Iglesia inclusiva”, que acoja a los colectivos excluidos: los mayores, el colectivo LGTBIQ+, personas con discapacidad, los pobres, los divorciados vueltos a casar, etc. “Fomentar la participación con una buena formación para el compromiso discernido”, o crear nuevas estructuras, “para la participación y la comunicación del mensaje, con un lenguaje de hoy”. También habla de una Iglesia, “abierta a todas estas realidades”.
En definitiva, se insiste en que el Sínodo, “da vida”, “facilidad para hablar”, “se pensaba que la Iglesia era de Dios y los sacerdotes, y no es así, porque la Iglesia somos todos, y todos somos partícipes de esta Iglesia”.
LAS APORTACIONES DE LA DIÓCESIS DE SALAMANCA PUEDEN DESCARGARSE AQUÍ