ACTUALIDAD DIOCESANA

La verdadera grandeza no reside en el poder, sino en el servicio humilde, es la enseñanza de Jesús en el evangelio de este XIX Domingo del Tiempo Ordinario. El sacerdote José Luis Miguel destaca cómo Jesús llama a sus discípulos a servir en lugar de buscar los primeros puestos, recordando que los misioneros encarnan este mensaje

En el evangelio de hoy, ante la petición de Santiago y Juan a Jesús de querer sentarse a la derecha y a la izquierda en su gloria, éste les dice a sus discípulos que no sean entre ellos como los poderosos que gobiernan tiránicamente con la única pretensión de tener más poder que los demás. El que quiera ser grande, que sea el servidor de todos. Qué hermosa lección de vida y qué difícil de ver en nuestro mundo.

Imaginemos por un momento que cualquiera de nosotros tuviera la responsabilidad de formar una orquesta sinfónica o seleccionar a una serie de deportistas para formar un equipo y competir. Seguramente que haríamos entrevistas y pediríamos los currículos de los aspirantes para tratar de escoger a los mejores, porque la orquesta debe de sonar lo mejor posible y el equipo que formemos debe competir para tratar de ganar siempre. Competir para tratar de ser los elegidos, los mejores. Incluso a lo mejor también nos creemos los mejores y como Santiago y Juan con derecho a decidir dónde
tenemos que sentarnos.

Cierto que la vida es un camino que en su recorrido tiene sus dificultades y sus
tropiezos, pero Jesús hoy nos enseña que como cristianos debemos recorrerlo no compitiendo y tratando de ser los mejores entre los demás, sino como pueblo de Dios llevando a la vida el mandamiento del amor intentando ser siempre los más humildes y servidores.

Hoy es el DOMUND y recordamos a todos los misioneros y misioneras. “Id e invitad a todos al banquete” es el lema escogido este año. Un banquete en el que todos cabemos porque no hay primeros puestos, sino que es una mesa compartida. Esta invitación la hacen desde los lugares lejanos donde se encuentran, pero todos debemos sentirnos misioneros y hacer esta invitación en nuestro entorno, sea el que sea. Los misioneros y misioneras han sido elegidos por Dios y tocados por el Evangelio.

Seguramente que no se han presentado voluntarios para sentarse a la derecha y a la izquierda como Juan y Santiago creyéndose los mejores. Ni tampoco son los mejores músicos ni los mejores o las mejores deportistas, pero estoy seguro que donde ellos están siempre interpretan y suena la música de Dios y hay balones para que todos puedan jugar.

¡Feliz Domingo!

José Luis Miguel Izquierdo, 

religioso Dehoniano, párroco de Ntra. Sra. de los
Dolores. Salamanca