09/09/2020
Las obras realizadas en la iglesia de San Martín de Tours durante los últimos meses pueden calificarse de “cirugía”, por su complejidad y precisión al tratar de dar solución a los problemas estructurales que el templo arrastra durante siglos.
Aunque la situación actual de pandemia por el covid-19 retrasó algo la intervención, financiada por la Junta de Castilla y León, el director de obra, el aparejador, Jesús García Maldonado, confirma que ha consistido en dos aspectos, en el interior y en el exterior, de mayor peso en este último.
“En el exterior se ha hecho una reparación general de todos los tejados de la iglesia, de limpieza, y fundamentalmente, el arreglo de la estructura del edificio, en la que se lleva años trabajando, porque el edificio tenía problemas estructurales”, apunta este técnico. Antes de realizar esta intervención, como él mismo indica, “se han ido haciendo estudios previos y una monitorización del templo, con sensores y pruebas, y con todo ello hemos realizado una intervención directa en la estructura del edificio, que ha consistido en hacer un arriostramiento de los muros con unos tirantes metálicos y sobre todo, el estudio las cerchas que se construyeron en el año 1994-1995″.
Para ello han tenido que levantar la estructura de madera con unos gatos hidraúlicos, “y ahora la estructura apoya sobre unos nuevos pilares de madera, que antes apoyaban en los machones de piedra, y ahora lo hacen en pilares de madera que tienen centrada la carga hacia los muros de abajo, que era el problema fundamental que tenía, y con eso, prácticamente, la estructura del edificio ha quedado consolidada y segura“.
En cuanto al interior, se ha sustituido un ventanal del ábside de la nave del Evangelio, “y se ha arreglado la bóveda donde estaba”. Jesús García Maldonado reconoce que ha sido una intervención escasa “pero productiva”, porque la bóveda tenía unos desplazamientos importantes de las piedras, “se ha consolidado y grapado”, y por otro lado, ha servido para estudiar más a fondo el retablo. “Ahora hay uno de espejos, colocado a finales del siglo XVI, pero lo hicieron sobre un retablo ya existente, y toda la crestería del mismo se conserva, que data del siglo XV”, subraya el director de la obra.
La parte que se aprecia de dicho elemento se conserva bien, “con una policromía excelente, de pan dorado y de colores”. La intención respecto a ese retablo es hacer un estudio más en profundidad, “porque probablemente existan más elementos de ese retablo anterior detrás, que puede ser considerado uno de los ejemplos únicos de la ciudad de Salamanca de finales del siglo XV”.
El siguiente paso, como aclara García Maldonado, será preparar el proyecto para intervenir en el interior de la iglesia, tanto en muros, bóvedas o de limpieza. “Lleva muchos años sin hacer obras dentro, y sobre todo, solucionar un problema, porque durante siglos se han ido recubriendo bóvedas y muros con un revetimiento de yeso sobre la piedra, que finge unas sillería, y lo hicieron de manera regular, en los siglos XVI y XVII, porque no querían ver esa irregularidad del Románico, querían algo perfecto y ordenado”. Por ello harán unas catas, “para decidir qué se hace con el revestimiento, si se conserva, se restituye o se hace uno nuevo, etc. “. El director de obra precisa que se trata de criterios de restauración que se decidirán entre todos, y con la aprobación de la Comisión de Patrimonio de la Junta de Castilla y León.
En este sentido, determina que se dará un “lavado” importante en el interior, de muros, paredes, y limpieza también de las sepulturas medievales, “para luego intervenir en la iluminación interior, que se propone hacerla nueva porque está obsoleta, así como el sistema de calefacción, para proponer un sistema de calefactado de bancos, sustituirlo por la instalación actual de radiadores que no están en un sitio apropiado”.
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