29/11/2023
SERVICIO DIOCESANO DE COMUNICACIÓN
El comienzo de un nuevo año litúrgico católico, con el inicio del Adviento, coincide en la Catedral con la celebración de una eucaristía según el rito hispano-mozárabe, que era la forma propia en la que los cristianos de la provincia romana de Hispania celebraban los oficios litúrgicos hasta el año 1080, e incluso, después, durante la Reconquista.
La misa se celebrará a las doce del mediodía en la Catedral Vieja, y difiere en algunos aspectos con la liturgia de la tradicional Romana. Por ejemplo, la celebración comienza con un canto del coro que se denomina “praelegendum”, previo a las lecturas, que es propio de cada día.
Además, en esta celebración, el sacerdote no está arriba en el altar sino en la sede, junto al pueblo, y no se realiza el rito penitencial, que es sustituido por una oración a los pies del altar, en la que el sacerdote, inclinado, reza una oración en secreto. Otra de las características del hispano-mozárabe es el denominado “donarium”, que es equiparado a la colecta que se hace, y que es símbolo de penitencia.
En las celebraciones en rito hispano-mozárabe se coloca en el altar al Cristo de las Batallas, porque simboliza la época en la que se utilizaba este rito. Esta liturgia también se celebra en la Catedral el primer domingo de Cuaresma y el 25 de julio, solemnidad de Santiago Apóstol, patrono de España.
La Catedral de Salamanca conserva esta liturgia desde el siglo XVI, cuando bajo el patronazgo de Rodrigo Maldonado Talavera se construyó la capilla de El Salvador en el claustro de la Catedral Vieja, conocida como capilla de Talavera, donde se celebraba la misa con el rito hispano. En su origen, se estableció un calendario de 52 misas anuales según esta liturgia, que después desapareció.
Durante el episcopado de Mons. Braulio Rodríguez Plaza se celebró durante varios años el triduo pascual según el rito hispano mozárabe, en la Catedral vieja.