28/03/2023
SERVICIO DIOCESANO DE COMUNICACIÓN
“Museo sin hogar; esperanza sin cobertura” va más allá de una exposición sin más, con 21 piezas repartidas en seis zonas. Lo más importante de este espacio, que se puede visitar en la Catedral Vieja desde el 28 de marzo al 14 de mayo, es su objetivo: ponerse en la piel de una persona sin hogar. De hecho, 50 personas que han vivido en la calle han ideado y elaborado durante los últimos seis meses esta muestra, que tras recorrer Burgos y Valladolid, llega a Salamanca.
Pedro Luis es uno de ellos, que en la actualidad vive en la casa de acogida Padre Damián, de Cáritas diocesana de Salamanca. Es uno de los guías de esta exposición. Pieza a pieza transmite lo que se intenta visualizar en ella, desde sus ojos y sus heridas tras vivir en la calle. Nadie mejor para narrarlo que alguien que lo ha vivido en primera persona.
La muestra comienza mostrando una cama en forma de cartón sobre el suelo, donde cada noche duermen cientos de personas que tienen la calle como hogar. Después, un banco de un parque, como otro espacio donde suelen descansar. Como apuntaba Pedro Luis desde sus vivencias y la de sus compañeros de Padre Damián: “Siempre estamos con la mente en blanco, siempre estamos solos, siempre vivimos en soledad, pero siempre tenemos una ilusión, siempre queremos ir avanzando y buscar algo”.
Tras el banco, en la muestra se representan diferentes tipos de camas, como las que encuentran en un albergue, o en un piso compartido. Sobre una de ellas se encuentra una jaula con un pájaro, “nosotros soñamos la libertad, y muchas veces aunque las experiencias de cada uno son duras, siempre tenemos una ilusión”, apunta.
Otro mensaje que lanzó este residente de la casa de acogida Padre Damián es que cualquier persona puede acabar viviendo en la calle, “a todos nos puede pasar”. En otra zona de esta exposición se refleja lo que significa vivir en la intemperie, “es duro cuando hace frío y llueve, pero también cuando hace un calor sofocante“. Pedro Luis reconocía en su visita guiada lo duro que es estar en la calle, “no se lo deseo a nadie”.
Cabe destacar también una parte sonora, que se puede escuchar con unos cascos o a través de la lectura de un QR. En ella, el visitante se pone en la piel de las personas sin hogar y los insultos que a veces reciben cuando pasan por su lado, o la indiferencia de los demás. Que como admitía Pedro Luis, “estas situaciones es lo que más nos duele”.
Durante la presentación de la exposición, que tuvo lugar en la capilla de Santa Catalina, el educador de la casa de acogida Padre Damián, Raúl Fraile, resaltó que se trataba del primer museo del mundo, “dedicado a dar a conocer la realidad de las personas sin hogar, tras un gran éxito en Burgos y en Valladolid.
La idea surgió en mayo de 2022 en una reunión en Valladolid, “donde nos juntamos las Cáritas diocesanas de Burgos y Salamanca con varias de las personas que participan en nuestros recursos, con la intención de organizar algo conjunto para la campaña de personas sin hogar, que se celebra a finales de octubre “.
En Salamanca podrá visitarse en el claustro de la Catedral Vieja hasta el 14 de mayo, en horario de lunes a domingo, de 12:00 a 14:00 y de 18:00 a *20:00 horas, *(a partir del 31 de marzo). La entrada es gratuita por la Puerta de Carros.
Y uno a uno, nombró a las personas sin hogar que han colaborado en el proyecto de Salamanca, para darles las gracias: Inés, Juliana, Ali, Lucio, Pedro Luis, Santiago, “y lo hago extensible a los de Burgos y Valladolid”. La intención de Cáritas con este museo es que a nadie “deje indiferente”, “que nos remueva sentimientos, inquietudes y conciencia”.
Otra característica que lo diferencia de los demás es que es “un museo creado por y para las personas sin hogar, ya que han sido ellas las que lo han dado forma para dar a conocer su realidad y sus sentimientos”. Y en tercer lugar, Raúl Fraile destacó que en cada pieza o figura, “hay muchos sentimientos puestos en juego, muchos sueños”.
Uno de los participantes en esta iniciativa es Lucio Gil, que reside en la casa de la acogida Padre Damián, y que habló en nombre de todos sus compañeros. “El simple hecho de haber participado en la elaboración de este museo nos sirve, y mucho, para vernos más realizados, más útiles, más personas, y en definitiva, hacernos visibles, porque lo más doloroso en una situación de calle, lo que de verdad te degrada, es la sensación de invisibilidad”.
Para Lucio la dureza de la gente es de las cosas más duras, y echan en falta un “buenos días”, “¿qué tal estás?”, que como reconoce, “puede alegrar el día, porque quien de verdad es compasivo, entiende el daño físico y psíquico que nos hacemos a nosotros mismos y a los demás”. Él reconocía que la calle te hace temeroso y desconfiado, ” y le puede pasar a cualquiera, os puede pasar a cualquiera”.
Por último, reconoció que esta exposición está hecha desde el corazón, “y con todas las ganas de hacer ver a la sociedad, y a nosotros mismos, que somos recuperables, que con un poco de apoyo lograremos el mayor de los gobiernos, como decía Da Vinci”.
En la presentación también intervino el obispo de Salamanca, Mons. José Luis Retana, quien reconoció que la situación de carecer de hogar, “es uno de los factores de exclusión que más puede impactar en la vida de una persona, no tener una vivencia digna, que es causa de exclusión y también, efecto de una situación extrema que deja el que la sufre fuera de la sociedad”.
Para el prelado, es un orgullo que la Diócesis de Salamanca acoja esta exposición, “y abrir las puertas de la Iglesia madre como casa de los salmantinos a las personas que carecen de hogar”.
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