24/04/2023
SERVICIO DIOCESANO DE COMUNICACIÓN
El 5 de agosto de 2022, el papa Francisco aprobaba la promulgación del decreto que reconoce las “virtudes heroicas” del siervo de Dios, Juan Sánchez Hernández (1902-1975), sacerdote Operario diocesano y fundador del Instituto Secular Siervas Seglares de Jesucristo Sacerdote; declarándolo venerable. Avanza así su proceso de canonización, cuya fase diocesana se inició en Madrid el 13 de mayo de 2000.
Con motivo de esta declaración como venerable, las Siervas Seglares de Jesucristo Sacerdote han organizado una jornada de acción de gracias el próximo sábado, 29 de abril, abierta a toda la comunidad diocesana, en la que recordarán la figura de este presbítero vinculado a Salamanca, que vivió su vocación como una llamada a ser “apóstol del sacerdocio y de las almas sacerdotales”, trabajando incansablemente en la formación de futuros sacerdotes.
Esta jornada comprende dos momentos. El primero de ellos: “Salamanca. Testigo de una vida sacerdotal”, se celebrará en la Casa de la Iglesia, de 10:15 a 13:30 horas, y contempla dos ponencias. La primera a cargo de Antonio Bravo Tisner, autor del libro “La espiritualidad del sacerdote hoy”, que hablará sobre el sacerdocio hoy. Y, la segunda, “Venerable Juan Sánchez Hernández, Apóstol del sacerdocio”, será impartida por el postulador de la causa de canonización, el sacerdote operario, Carlos Comendador, a las 11:30 horas.
La jornada de la mañana concluirá con una Misa de acción de gracias, que va a presidir el obispo de Salamanca, Mons. José Luis Retana, a las 12:30 horas en la capilla mayor de la Casa de la Iglesia. Al término de la eucaristía se servirá un vino español.
Ya por la tarde, los asistentes visitarán los lugares salmantinos más significativos en la vida del venerable Juan Sánchez. Así, a las 16:30 horas se acercarán hasta la Universidad Pontificia de Salamanca. Después, a las 17:00 horas, visitarán la parroquia Nuestra del Carmen, donde este sacerdote operario recibió la Confirmación el 16 de marzo de 1915. Finalizando su itinerario, a las 17:30 horas, en el Monasterio de Santa Isabel, de las madres Clarisas, en la calle Isabeles, en cuya iglesia sirvió como acólito durante su etapa de seminarista y donde celebró su primera eucaristía en el mes de julio de 1925.
Juan Sánchez Hernández nació en la localidad abulense de Villanueva del Campillo, el 9 de noviembre de 1902, dos meses después del fallecimiento de su padre, y falleció en Madrid, el 18 de julio de 1975. Su infancia estuvo marcada por la profunda fe de su madre, mujer sencilla y piadosa, y la pobreza material severa, cuyo recuerdo le ayudó a mantener el espíritu de humildad y sensibilidad a los pobres.
La vocación de Juan al sacerdocio y la de su hermana a ser maestra, llevó a su familia a Salamanca. Donde Juan comenzó sus estudios en el Seminario como alumno externo, en el curso 1913-1914. Nueve años después, en 1922, entró en el internado del Seminario, dirigido desde 1915 por los Sacerdotes Operarios Diocesanos, y cuya misión principal era la formación integral de los futuros sacerdotes.
En 1924 ingresó como aspirante en la Hermandad de Sacerdotes Operarios, fundada por el beato Manuel Domingo y Sol, realizando su consagración indefinida el día 16 de julio de 1932. En la Hermandad buscó alcanzar la santidad sacerdotal, para formar «sacerdotes santos y apostólicos».
En 1925 fue destinado al Seminario de Toledo, donde ejerció de prefecto de alumnos hasta 1927. Después le trasladaron a Burgos, donde enfermó de tuberculosis. Su salud quedó debilitada y de esa experiencia brotó su sensibilidad hacia los enfermos y su aprecio del valor espiritual y redentor del sufrimiento.
De 1928 a 1935 fue prefecto del Seminario de Plasencia, y de 1935 a 1938 rector del mismo. Además, entre 1938 y 1943 fue director espiritual del Pontificio Colegio Español de San José en Roma, fundado por el beato Manuel Domingo y Sol en 1892.
En 1943 regresa al Seminario de Plasencia como Rector y en 1944 pasa a ser director espiritual en el Seminario Mayor de Salamanca, ministerio que ocupó hasta 1952.
En 1940 el obispo D. Enrique Pla y Deniel había conseguido la restauración de la Universidad Pontificia de Salamanca, que estaba en plena expansión cuando el P. Juan se incorporó al equipo de Operarios Diocesanos responsables del Seminario Mayor San Carlos Borromeo. En estos años se dedicó con total entrega al acompañamiento a los seminaristas, sin excluir la atención a sacerdotes que buscaban su consejo espiritual y la confesión y dirección de religiosas; fomentó las vocaciones femeninas, en especial a monasterios de clausura. Inculcó en el Seminario sobre todo la oración y la responsabilidad personal en la vida interior y apostólica, siendo al mismo tiempo firme y caritativo.
Siendo director Espiritual en Salamanca, en agosto de 1945 fue elegido miembro del Consejo General de la Hermandad de Sacerdotes Operarios Diocesanos. Fue consejero durante el sexenio 1945-1951, y en la Asamblea General de 1951 fue elegido Secretario General de la Hermandad, cargo que desempeñó hasta 1957.
El 1954 fundó el Instituto Secular Siervas Seglares de Jesucristo Sacerdote,
identificando la espiritualidad carismática de las Siervas con el espíritu sacerdotal. Más adelante, el 8 de diciembre de 1965, el papa Pablo VI lo aprobaría como Instituto Secular de Derecho Diocesano y el 8 de diciembre de 1985 de Derecho Pontificio.
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