26/01/2019
Hace ya muchos años, cuando Manos Unidas se encargaba de proponer en los colegios el Día Escolar de la No Violencia y la Paz en los comienzos de esta fiesta en el aniversario de la muerte de Gandi, Ana Mª Mendoza, entonces delegada de Manos Unidas, le pidió a Gloria Fuertes un poema sobre la paz para los niños. Y así estrenamos este poema, sencillo como los de Gloria pero lleno de intención y de alusiones como todos los suyos. Por cierto, Ediciones Sígueme ha hecho una curiosa y especial antología de lujo con poemas suyos.
Este es el poema y casi con algo de reverencia lo trascribo aquí, a las puertas del Día de la No violencia y de la Paz; nos llegó por correo postal en una cuartilla rosa (¿o azul claro?, soy daltónico) y con las correcciones e irregularidades propias de una máquina Pluma 22 o similar. Con dos correcciones a mano, el acento del dé en el subtítulo y el acento de un allí en el antepenúltimo verso. Y una firma con una raya larga y dos lazos de remate. Aquí está el poema:
A todo el que se dé por aludido:
Espero que no seáis tan animales
que no podáis vivir como personas.
Haced de todo el mundo
un solo mundo;
con mucho amor y arte,
formad sólo una parte
y con las cinco partes que ya había
haced un solo Estado de Alegría.
Mi partido es la paz
y yo soy su líder
sin balas ni cartuchos;
no pido votos,
pido botas para los descalzos
que todavía hay muchos.
Haced sólo una zona
a ver si de una vez
la paz se asoma
y sin odio ni envidia
haced un solo bloque:
¡Que el malvado misil no se desboque!
Con su piscina y todo haced un arca,
nueva arca de Noé,
– ¡sin un monarca!-,
meteros allí todos a la par
y a esperar a que escampe
y venga por fin, por fin ¡la paz!
Pues eso, que tantos años después sigamos en este día – día 30 – de la No violencia y de la Paz los consejos de Gloria Fuertes: que como personas hagamos del mundo la casa de todos y sea así el Estado de la Alegría. Que ésta sea la nueva y verdadera globalización: todos al arca, que hagamos que escampe el temporal y llegue por fin la paz.
La gestión de la paz es cada vez más compleja y alcanza a todos los niveles de la humanidad, desde el subdesarrollo hasta la fabricación de armas, desde el comercio internacional hasta la corrupción política, desde los enfrentamientos por raza, religión o ideología hasta el control del agua o de las fuentes de energía, desde la injusticia o el hambre hasta la soberbia o la prepotencia, etc, etc…
Demasiados pasos y de mucha envergadura, pero los responsables en cuyas manos está cada uno de ellos pueden y deber ir dándolos y para eso están donde están. Algún día cada uno de ellos será demandado si no los da. Y sorprende la frialdad con la que los ciudadanos del mundo aceptamos esa incapacidad de los actuales amos de la tierra o ese mal corazón de grupos y gobernantes. Como si nos diera igual…
Y a la vez cada uno tiene en sus manos la pequeña paz de cada día, de la que habla Gloria Fuertes, la que depende de cada uno y se levanta en cada corazón, en cada mano, en cada casa y en cada ciudad. Es la paz nuestra de cada día y depende de nosotros.