ACTUALIDAD DIOCESANA

29/09/2022

“Francisco nos invita a ser una Iglesia de puertas abiertas, en salida”

La teóloga Cristina Inogés, de la Comisión Metodológica del Sínodo, abordó una de las principales mesas redondas de la Semana de Pastoral, sobre el momento actual de la Iglesia

 

SERVICIO DIOCESANO DE COMUNICACIÓN

Cristina Inogés repasó la situación de la Iglesia en España y Europa a raíz del proceso sinodal convocado por el papa Francisco, y que se está desarrollando a lo largo de dos años, hasta 2023. Ella forma parte de la Comisión Metodológica del Sínodo junto a personas de todo el mundo.

En la XIV Semana de Pastoral de la Diócesis de Salamanca ofreció una ponencia el jueves, 22 de septiembre, bajo el título: “El momento actual de la Iglesia en Europa. Dificultades, desafíos y posibilidades, y esto, en medio de la celebración de un Sínodo”.

Esta teóloga confirmó que en la Iglesia de España y Europa se está viviendo “un momento realmente apasionante”, ya que el santo padre “nos ha convertido a todos en actores para participar en este proceso maravilloso que es el Sínodo de la sinodalidad”. Entre sus primeros planteamientos, Inogés insistía en que hay que pensar cómo se pueden solucionar los problemas que tenemos, “porque somos una Iglesia que ha perdido casi toda la credibilidad que tenía”. Ella adelantó que iba a decir cosas que no se quieren escuchar, “porque nos gusta la idea de que todo es muy bonito, que todo va para adelante, pero eso sería mentir, y la realidad del Sínodo nos invita a que reconozcamos que estamos dispuestos a escuchar como Iglesia”.

Una pérdida de credibilidad

Ella piensa que solo así, “seremos capaces de construir, no una Iglesia nueva, sino unas nuevas formas de relación entre nosotros, dentro de la Iglesia, que es a lo que estamos llamados en este momento”. Y reiteró que se ha perdido la credibilidad, en parte, por la crisis de los abusos sexuales, “la crisis del abuso de poder, porque la gestión ha sido muy mala, y ya no somos una Iglesia referente para la sociedad, más bien, somos indiferentes”.

Al respecto, recordó que en los años 80, principio de los 90, la Iglesia sí tenía a una parte de la sociedad enfrentada, “pero hoy en día, los hijos de esa generación son analfabetos espirituales, sin ofender a nadie, y ya ni siquiera atacan, y pasan, por lo tanto, es una situación de indiferencia hacia la Iglesia”.

Para esta teóloga, el secularismo ha traído cosas buenas, porque según ella, “el que quiere creer, cree porque quiere, no tiene una condición ni condicionante social, no tiene un condicionante histórico, ni laboral, ahora quien quiere creer, cree porque quiere”. Pero añadió que “somos una Iglesia que sigue impregnada de un clericalismo férreo”.

La mejor cara de la Iglesia

Por otro lado, aseguró que somos una Iglesia que sigue teniendo su mejor cara en los misioneros y en las obras sociales, “ha hecho y hace muchísimo bien”. Inogés advertía que se tiene que aprender “a vender”, “y no lo hemos sabido hacer en muchas ocasiones”.

Como integrante de la Comisión Metodológica del Sínodo se ha leído las conclusiones diocesanas de España y de otros países europeos como Portugal, Italia o Francia, entre otras,  y concluye que reflejan un deseo de cambio y que todas son muy similares, “y eso significa que el viento del Espíritu sopla y va abriendo brechas”.

Entre las ideas que ha captado en las síntesis enumeró algunas, como por ejemplo, la recuperación del tiempo de silencio y contemplación, “algo que se perdió en el siglo XVII”. O la incorporación plena de la mujer, pero cree que no es el momento de debatir sobre el sacerdocio de la mujer, “quizás habría que insistir mucho más en órganos de gobierno”. Otro tema que mencionó fue el del celibato opcional, que han salido en los procesos sinodales de la mayoría de países, “son cuestiones que necesitan un proceso, no se puede cambiar de la noche a la mañana, no sería bueno para el clero ni para las comunidades, ni para la Iglesia en general”.

Pero Cristina Inogés piensa que sí que estaríamos llamados a vivir un proceso, y ante la petición del celibato opcional, “empezar a trabajar en la idea de recuperar la presencia de los sacerdotes casados en las comunidades, que un día se secularizaron pero siguen siendo sacerdotes según el derecho canónico”.

Plena integración

Asimismo, del proceso sinodal también habló de la integración de las comunidades LGTBI, “que son personas con una experiencia de dolor que las hace sumamente valiosas para captar el dolor, y que se sienten cristianas y actúan como tal, pero les falta esa integración plena”. El pueblo de Dios quiere una Iglesia “más inclusiva”, “de todos para todos, porque nos va diseñando una forma de ser y de relacionarnos diferente”.

Otra cuestión sinodal es la renovación de la liturgia, “porque nos sentimos distantes, la gente no entiende ni el lenguaje litúrgico, ni las expresiones, ni los símbolos”. Y en ocasiones, “no se entiende lo que estamos celebrando”, advertía esta teóloga.

Cristina Inogés quiso dejar claro que este Sínodo no está diseñado para hacer otra Iglesia, “está para que aprendamos todos juntos a relacionarnos de otra manera, y hacer Iglesia de otra manera, un tiempo de cambio”. Ella considera que los tiempos de cambio y los de crisis, “son tiempos de oportunidades, positivos, de esperanza, que contagian entusiasmo, porque podemos cambiar a mejor, podemos ser Iglesia de otra manera“. La teóloga apuesta por un cambio “que ya no podemos retrasar”.

El único centro es Cristo y su Palabra

Otro aspecto que quiso subrayar es que en la Iglesia, “nadie es más que nadie, ni nadie es menos que nadie, y Francisco dice que la imagen piramidal que todos tenemos en la mente de la Iglesia, tiene que ser invertida”. Pero apelaba a que el único centro tiene que volver a ser Cristo y su Palabra, “cuanto más Cristo vivamos en nuestra vida, más evangelio tendremos en el centro de la Iglesia, y ese tiene que ser el motor del cambio, entender que en el centro de la Iglesia tiene que estar Cristo y su evangelio, no la propia Iglesia”.

En su ponencia, Inogés también indicó que se está asistiendo al final de una forma de ministerio, “que está agotada”, y que se sigue manteniendo en la formación de los seminarios, “y cuando salen, ese modelo no encaja en una sociedad y en una Iglesia que está en proceso de cambio”.

Inogés mencionó en varias ocasiones la corresponsabilidad bautismal, “nos estamos jugando el futuro de la Iglesia, y por supuesto, la credibilidad del momento”. Y adelantó que cada vez “vamos a menos”, y mencionó un artículo que indicaba que en el año 2070, “el cristianismo ya será una religión minoritaria en el mundo”. La teóloga lamentó que ya hay más cristianos fuera de la Iglesia que dentro de ella, “y muchas veces son cristianos que no saben siquiera que son cristianos, porque se declaran ateos y creen sin saber que creen”.

La mentalidad de campanario

Entre sus reflexiones, esta teóloga también hizo un llamamiento a cambiar la mentalidad de campanario, “subimos a campanario a tocar la campana para que vengan a la iglesia y no van a venir”, y añadió que los que se fueron, “los que nunca han venido, los que están dando vueltas porque les gusta la música pero no la letra, no entrarán, tenemos que salir sin miedo“.

Esta experta en Teología quiso insistir en la idea de que el papa Francisco “nos invita a ser una Iglesia de puertas abiertas, en salida, pero todavía nos falta creernos que podemos ser una Iglesia de verdad en salida”.

 

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