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09/02/2025

Fallece el sacerdote diocesano Francisco Carabias Castilla

La capilla ardiente del que fue capellán del Santuario de Nuestra Señora de Valdejimena se ha instalado en la Casa de la Iglesia. La misa exequial se celebrará este lunes, 10 de febrero, a las 11:00 horas en la capilla mayor

 

SERVICIO DIOCESANO DE COMUNICACIÓN

“El que quiera ser el primero, que se haga el último de todos y el servidor de todos” (Marcos 9,35).

Este domingo, 9 de febrero, ha fallecido a los 95 años el sacerdote Francisco Carabias Castilla en la residencia diocesana de Salamanca, después de una larga enfermedad. Su capilla ardiente se ha instalado en la sala Jovellanos de la Casa de la Iglesia, donde en su capilla mayor se celebrará la misa por sus exequias mañana lunes, 10 de febrero, a las 11:00 horas. Después, sus restos serán inhumados en el cementerio de su localidad natal, Alaraz.

Francisco Carabias nació el 27 de julio de 1929 en Alaraz. Fue un hombre marcado por su amor al campo y al mundo obrero, que tuvo una gran influencia en su vida y ministerio. Desde joven, se vinculó activamente con los movimientos de la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC) y la Juventud Obrera Católica (JOC). Fue en estos movimientos donde comenzó a discernir su vocación al sacerdocio.

Carabias inició sus estudios eclesiásticos en el antiguo Colegio El Salvador y, después, en el Seminario diocesano, siendo ordenado presbítero el 18 de julio de 1968 en su parroquia natal por el obispo Mons. Mauro Rubio, quien le envió a atender pastoralmente varias parroquias de la Sierra de Francia, entre ellas Mogarraz y Casas del Conde.  En 1978, asumió también la parroquia de Casas del Conde, donde compatibilizaba su labor pastoral con su amor a la tierra, cultivando su pequeño huerto y sus cerezos.

A lo largo de los años, Francisco Carabias desempeñó diversos encargos pastorales, entre ellos estuvo adscrito a la parroquia de San Marcos y fue  capellán del Santuario de Nuestra Señora de Valdejimena, en Horcajo Medianero. En 1998, el obispo Braulio Rodríguez le confió la atención pastoral de las parroquias de Horcajo Medianero, Chagarcía Medianero y El Tomillar. Además, fue capellán del Convento Madre de Dios en Salamanca, de las Franciscanas de la Tercera Orden. Tras su jubilación, se trasladó a la Residencia diocesana, donde su vocación de servicio le llevó a asumir el cuidado y atención de la capilla de la residencia y de sus ornamentos litúrgicos.

Mientras su salud se lo permitió, siguió cultivando una de sus aficiones: la jardinería. Con paciencia y dedicación, se encargó del cuidado de las plantas de la Casa de la Iglesia, poniendo en ello todo su corazón.

Damos gracias a Dios por su vida. Que el Señor le conceda el descanso eterno y la paz.

 

D. Francisco celebró sus bodas de oro sacerdotales en 2018 y fue homenajeado, junto a otros compañeros, en la fiesta diocesana de San Juan de Ávila.

 

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