13/05/2020
Uno de los municipios que este lunes pasó a la fase 1 de desescalada fue Herguijuela de la Sierra, de la zona básica de salud de Miranda del Castañar, en la Sierra de Francia. Ante este cambio, el sacerdote diocesano responsable de su parroquia, Alfredo Fernández, puso en marcha todas las orientaciones indicadas por el obispo de la Diócesis de Salamanca, Carlos López, para cumplir con las medidas sanitarias y de distanciamiento social.
Además de este municipio, también se reabren las puertas de otros templos a cargo de este presbítero, como Sotoserrano (que abre hoy) y Madroñal (que lo hará el sábado). Su primera eucaristía tuvo lugar ayer martes en Herguijuela y contó con la presencia de más de 40 personas, una cifra menor al aforo fijado de 50, un tercio.
En la primera homilía, que compartió de forma presencial con sus feligreses en estos casi dos meses de confinamiento, Alfredo Fernández, comenzó con las palabras del Evangelio del día: “La paz os dejo, mi paz os doy”. Y les trasladó su inmensa emoción por volver a celebrar la eucaristía en el municipio y con su “queridísima” comunidad.
“Parece que todo nos ha cambiado, y es verdad que hemos atravesado momentos difíciles, y todavía nos quedarán”, determinaba. Y quiso recordar a los hermanos que ya no están, “que se nos han ido en este tiempo, y los que hoy tenemos presentes en esta primera eucaristía”, indicó. Pero este sacerdote diocesano también les recordó que el Señor, “no ha dejado de estar con nosotros”.
Asimismo, hizo referencia a que la pandemia comenzó en la cuarta semana de Cuaresma, y que han vuelto al templo en la quinta de Pascua: “El Señor ha pasado en medio de esta situación y lo ha hecho haciéndonos pasar a todos de la muerte a la vida”. Alfredo Fernández es consciente, y así lo compartió en su homiliía, “que lo que hemos vivido nos ha transformado a todos, y ya no volverá a ser los mismo”, y no solo por las medidas externas, sino porque toda esta situación nos ha hecho experimentar nuestra fragilidad”.
Este párroco insistía en que el Señor ha velado “por nosotros”, y nos ha hecho darnos cuenta de que en el fondo no estamos solos, porque “Él hoy nos da la paz, y nos dice que no se turbe nuestro corazón ni se acobarde”. Asimismo, recordó que estamos en el mes de mayo, el mes de María, y evocó a la patrona de Herguijuela de la Sierra, la Virgen del Carmen, “que nos siga guiando en nuestra travesía, que sacando lo mejor de nosotros mismos podamos un día llegar al cielo con ella, y con todos los que nos han precedido”.
Antes de concluir su primera homilía tras el confinamiento por la COVID-19, Alfredo Fernández citó uno por uno los nombres de las personas que han fallecido en este tiempo en la comunidad parroquial de Herguijuela, “rostros concretos a los que no hemos podido despedir, a los que echamos de menos, pero a los que seguimos queriendo, y esperamos algún día encontrar en el cielo”. En total, han sido diez personas, por las que pidió que brille la luz eterna, “que puedan descansar en la paz del Señor, y un día todos podamos contemplar su rostro”.
Y terminó agradeciendo a todos los que en este tiempo “han dado lo mejor de sí mismos” para que “pudiéramos recuperar nuestra vida”.