20/12/2023
SERVICIO DIOCESANO DE COMUNICACIÓN
“¿Cómo ser una Iglesia sinodal en misión?” es la pregunta que lanzan tras finalizar la primera asamblea del Consejo Ordinario del Sínodo, que se celebró en Roma el pasado mes de octubre. En ese encuentro, se elaboró un documento para el trabajo de la Iglesia católica hasta la convocatoria de la segunda sesión, en 2024, que han denominado “hoja de ruta”, que como subrayan, “la profundización de la sinodalidad en clave misionera y la ampliación de las experiencias a nivel local son las piedras angulares sobre las que las comunidades están llamadas a reflexionar”.
El papa Francisco afirmó tras aprobar estas líneas de trabajo, que el Sínodo es sobre la sinodalidad, y no sobre tal o cual tema… lo importante es cómo se hace la reflexión, es decir, de manera sinodal“.
Y a las diócesis se pide promover una reflexión centrada en el tema de la corresponsabilidad diferenciada en la misión de todos los miembros del Pueblo de Dios, y que lleven a cabo una nueva consulta en la que participen personas y grupos (párrocos, órganos de participación, equipos sinodales, etc, que expresen una variedad de experiencias, competencias, carismas y ministerios dentro del Pueblo de Dios, y cuyo punto de vista sea de especial ayuda para enfocar el “cómo” crecer como Iglesia sinodal.
En este sentido, consideran fundamental la implicación de expertos e instituciones académicas presentes en la zona. Además, piden continuar o promover nuevas iniciativas para crecer como Iglesia sinodal en misión, con experiencias de formación y escucha que involucren a quienes no han sido tocados por el proceso hasta ahora, “grupos que viven en condiciones de pobreza y marginalidad social, así como cristianos de diferentes denominaciones y personas de otras religiones.
La idea es recoger y transmitir testimonios y buenas prácticas para enviarlos a la Secretaría del Sínodo a través de las Conferencias Episcopales. Y para facilitar el trabajo de las comunidades locales, se ha preparado una posible ficha de trabajo para ayudar en la labor de recibir los frutos de la asamblea sinodal de octubre, y continuar el camino sinodal de conversación en las Iglesias locales.
Al respecto, deberán de fijarse modalidades y tiempos del trabajo de profundización desde las Conferencias Episcopales, que promuevan la reflexión del documento, y que elaboren la síntesis de las aportaciones de profundización recibidas de las Iglesias locales, y las envíen a la Secretaría General del Sínodo antes del 15 de mayo.
Asimismo, la Secretaría General del Sínodo promoverá y coordinará la reflexión sobre algunos temas “importantes” del Informe de síntesis que deben ser tratados a nivel de toda la Iglesia, y en colaboración con los Dicasterios de la Curia Romana. Y como es propio de las Asambleas sinodales, se presentará al Santo Padre una lista de temas, y sobre los que indique, se convocará a grupos de expertos de todos los continentes para trabajar de manera sinodal, con la participación de los correspondientes Dicasterios de la Curia Romana. Y en la segunda sesión, en octubre de 2024, se presentará un informe sobre la marcha de estos trabajos.