01/04/2022
RICARDO DE LUIS CARBALLADA, DELEGADO DIOCESANO DE PASTORAL UNIVERSITARIA
El pasado miércoles, 30 de marzo, la Pastoral Universitaria reunió a un grupo de jóvenes universitarios en una celebración de la pascua judía. No era un divertimento ni una experiencia exótica. Se trataba de realizar una aproximación al contenido de la última cena que Jesús tuvo con sus discípulos. Se revivía el ritual judío de la cena pascual para entender mejor las raíces de la eucaristía. Para profundizar también en la diferencia que Jesús introduce en esa celebración. Para comprender mejor la ofrenda de su propia persona al Padre, como realidad sobre la que se levanta la Nueva Alianza.
Tras una introducción al sentido de la celebración y a los datos que hoy la exégesis tiene sobre la celebración de la Última Cena, el grupo de participantes se sentó en la mesa. Estaba preparada con manteles blancos, y adornada festivamente con flores y vajilla especial. Tras los primeros saludos, se realizó la bendición de la luz y la de la primera copa de vino. Después vendría la comida de las hierbas amargas mojadas en agua con sal, recordando las lágrimas y la amargura de la esclavitud en Egipto. Con la lectura de algunos textos del Deuteronomio y del Éxodo se recordaba la liberación obrada por la mano de Dios. En el banquete se comió el cordero asado, preparado sin condimentos, en un ambiente de convivencia fraterna. La cena terminaba con los salmos de acción de gracias y las correspondientes bendiciones sobre la copa de vino.
La cena terminó con un intercambio de la experiencia vivida por parte de los participantes. En las intervenciones se destacaba que ahora se entendía mejor la eucaristía y el sentido de la entrega de Jesús. Varios decían que fue toda una experiencia comer las hierbas amargas mojadas en agua con sal pensando en el dolor de tantas personas en nuestro mundo. En definitiva, como indicaba otra persona, fue una experiencia impactante que los participantes recordarán el resto de sus vidas.