07/01/2024
MARIANO MONTERO, SACERDOTE ADSIS
Recién iniciado el 2024 he escrito tres cartas a los Reyes, que ahora os comparto:
1ª.- A los Reyes “Magos” (los de ayer): O sea, los que seguisteis aquella estrella que os llevó hasta Jesús y a los que estos días han festejado todos los niños españoles. Os escribo para expresar mi reconocimiento y también animaros.
Lo primero es valoraros, porque -más allá de Papá Noel- vosotros todos los años nos acercáis a Jesús como el Gran Presente, que late en el corazón de los pequeños y cuyo reflejo es la ilusión con la que reciben y disfrutan sus regalos de Reyes… Y también animaros, porque este año vuestra magia no ha llegado a todas partes. En concreto, no ha llegado a los miles de niños muertos en Gaza y a los supervivientes que llevan tres meses gritando un mensaje simple y claro, que ya no puede esperar más: “¡Paz, por favor!”, “¡Paz y respeto a la vida!”. Por eso, vosotros seguid intentándolo, no os olvidéis de los que siguen sufriendo en carne propia la locura de la guerra.
2ª.- A los “Reyes” de Oriente (los de hoy): Es decir, los que tenéis poder real para influir en el futuro de guerra o paz en esa zona sangrante del mundo actual. A vosotros os escribo para pediros que cesen las hostilidades, que abráis los ojos a la realidad y viváis en la verdad.
Si todos hiciéramos como Hamás, que alimenta la espiral de la violencia, o como el gobierno de Israel, que responde con el mazo insaciable de la ley del más fuerte-, será imposible un mundo-casa-común donde quepamos todos. El papa Francisco denunció acertadamente que “lo que está pasando en Palestina no es una guerra, es terrorismo”… Y si la Unión Europea no resuelve su “conflicto entre valores e intereses”, si los estados por un lado hacéis llamamientos razonables a la paz y por otro mantenéis la venta de armas, esa doble moral acabará corrompiéndonos a todos… Y si el alto el fuego que pide la gran mayoría de países sigue vetado por Estados Unidos, en su partida de ajedrez con otras grandes potencias (lo mismo hizo Rusia respecto a Ucrania), entonces hay que volver a lo que decía el papa Benedicto XVI en su encíclica Caritas in Veritate: que es urgente la reforma de la ONU para que el mundo llegue a ser una familia de naciones… ¡Basta ya! Sed garantes del derecho internacional y usad vuestro poder para construir un futuro de vida para todos.
3ª.- A Jesús, el “Siervo-Rey” (el de ayer, hoy y siempre): A ti que nos traes un Reino que no es de este mundo y a la vez ya está entre nosotros. A ti que te manifiestas (“Epifanía”) como el Eterno que asume nuestra limitada condición, el Grande que se hace pequeño, el Dios que se hace hombre, niño, pobre… Gracias por ser Dios-con-nosotros, por tu cercanía, empatía, abajamiento, compasión y solidaridad.
Tu Encarnación nos hermana con todo pueblo, todo hombre y mujer, y tu pesebre dignifica a todos los excluidos de la vida y la paz. ¡En medio de la inhumanidad que nos rodea, tú eres la Luz que nos ilumina! Y nos revelas que el verdadero poder, el que realmente humaniza, es el de amar y servir como Tú. Amén.