ACTUALIDAD DIOCESANA

17/05/2024

El Palacio Episcopal muestra la obra más “esencial” de José Luis Núñez Solé

En la sala que lleva su nombre, ubicada en el sótano, se exhiben cerca de cuarenta piezas que pueden visitarse hasta el 29 de septiembre

 

SERVICIO DIOCESANO DE COMUNICACIÓN

“Esencial” es el título de la nueva exposición temporal del Palacio Episcopal, sobre la obra del artista zamorano, aunque afincado en Salamanca desde los dos años, José Luis Núñez Solé. En la sala que lleva su nombre, en el sótano, pueden contemplarse cerca de cuarenta piezas, entre esculturas, dibujos o bocetos, etc.

Tomás Gil, director del Servicio diocesano de Patrimonio Artístico.

En la presentación, el responsable del Servicio diocesano de Patrimonio Artístico, Tomás Gil, que ha coordinado la muestra junto a su equipo y los familiares del artista, reconocía que era importante “rescatar a José Luis Núñez Solé como uno de los grandes artistas que ha tenido Salamanca en la segunda mitad del siglo XX, y me parece que es de justicia”.

Las personas que han hecho posible esta muestra coincidían en ser sensibles con la belleza de este escultor, “y la importancia que tiene”, y que justo en diciembre de 2023, se cumplían los 50 años de su fallecimiento, el día 23 de 1973. Gil mencionó que su muerte prematura, a los 46 años, “trunca el itinerario de este artista, y fue una gran pérdida, además de para su familia, para el mundo del arte y de la cultura”.

Este responsable cree que, si se pregunta en la calle por él, puede que no sepan quién era, “pero si les decimos que hay un relieve suyo en la calle Toro, seguro que lo conocen”. Y en esta muestra del Palacio Episcopal aparecen esos bocetos. Asimismo, Tomás Gil adelantó que en 2027 se conmemorará el centenario de su nacimiento.

 

 

 

50 años de su fallecimiento

En la presentación de la exposición a los medios de comunicación también intervino una hija del artista, Amparo Núñez, quien reconoció que “Esencial”, el título de la misma, llega en el mejor momento para recordar ese 50 aniversario de su pérdida, “y era una buena razón para emprender esta tarea”. Ella también agradeció a la Diócesis de Salamanca por poner el nombre de una sala del Palacio Episcopal a su padre, y que acoge esta muestra, “que, en su corta trayectoria vital, porque falleció a los 46 años, pudo realizar una extensísima producción artística, porque los conceptos de las palabras trabajo y taller formaban parte de su esencia”, subrayaba su hija.

Asimismo, recordó que la colección permanente del Palacio Episcopal incluye algunas piezas desconocidas, “incluso para nosotros, su familia, y que han sido rescatadas de diversos lugares gracias a las tareas de investigación y restauración llevadas a cabo por el equipo de este museo”.

Entre ellas, apunta Amparo Núñez, está el grupo de San Juan de Dios con la Virgen y el Niño, o un Crucificado en piedra franca, “así como el Vía crucis, con dos de las estaciones ubicadas al final de esta sala”. O una vidriera que se encuentra en el último piso, “y que representa la Sagrada Cena”.

En relación al Crucificado ubicado en la sala del segundo piso, “se encontraba en Vistahermosa, a la intemperie, y los pájaros habían anidado en su cabeza”. Ella lamenta el estado en el que se encontraba. La hija del artista reconocía que a su padre le gustaría el lugar donde ahora se emplaza en el Palacio Episcopal, “cerca de otra de sus obras, el sepulcro de Barbado Viejo, en la Catedral Vieja, que fue realizado 1964 siguiendo las indicaciones de su testamento”.

La hija del artista, Amparo Núñez, junto a los sacerdotes Juan Andrés Martín y Tomás Gil, comisarios de la muestra

Una gran variedad de materiales

 

Amparo Núñez también quiso definir la obra de su progenitor: “Sencillez, simplicidad, esencial… menos, es más, y sin duda, una de las características de su obra escultórica, y su economía de medios para expresar lo que pasaba”, admite. Y relata que, en esta muestra, “podemos ver la variedad de materiales y técnicas que empleó, y aunque parece pequeña, está bastante condensada”.

Y enumeró alguno de los materiales que Núñez Solé utilizaba: piedra, madera, hormigón, hierro, cobre o plomo, “y su personal forma de tratarlos”. En este sentido, mencionó que, para la talla en madera, “tenemos un boceto de la imagen de San José, con una pátina de color verde”. Y la imagen del Sagrado Corazón, que está expuesta en la Sala de la Contemplación, con un vídeo explicativo, y que talló en madera para la parroquia de María Mediadora. “Tiene una pátina de color suave que sorprende y que se ha mantenido inalterable después de tantos años”, detalla. Al respecto, agradece a las hermanas Salesas la generosidad por ceder la talla para esta exposición, “que habitualmente está en clausura y no se puede ver”.

Por otra parte, habló del empleo del cobre y del plomo en sus últimas obras, “le permite una plasticidad que da lugar a importantes piezas, como la figura de una mujer, o el torso que preside la exposición”. Otra pieza que destacó Amparo Núñez fue el boceto de un crucificado de madera que está ubicado en la Catedral de Palencia.

Dar a conocer sus obras de la ciudad

Y antes de concluir, quiso resaltar que otro de sus deseos es dar a conocer a la ciudad las obras monumentales y religiosas que nos acompañan en las calles, iglesias o en los portales de inmuebles, “de las que a veces no reconocen su autoría”. Y en “Esencial” se exponen al público por primera vez algunos bocetos de obra religiosa y civil, como el de la calle Toro, o el friso de la Facultad de Ciencias, “y cuyo estado de conservación está pidiendo a gritos una restauración”.

En unas semanas se presentará el catálogo de la exposición, con la colaboración de un grupo de autores, encabezados por los sacerdotes, Juan Andrés Martín y Tomás Gil, junto a Charo Alonso, Carmen Borrego, Montse González, Amador Martín e Inés Gutiérrez.

La exposición estará abierta del 16 de mayo al 29 de septiembre, con entrada gratuita para los salmantinos, en horario de lunes a domingo, de 10:00 a 20:00 horas (último acceso a las 19:15 horas).

Su biografía

Retrato del artista

El escultor José Luis Núñez Solé nació en Zamora en 1927, y dos años después, su familia regresa a Salamanca, donde pasa la mayor parte de su vida. Compagina sus estudios en los Salesianos con la Escuela de Artes y Oficios, y continúa su formación en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando, en Madrid. Su labor se une a la de los arquitectos que modernizan Salamanca, participando en la creación de relieves decorativos en los nuevos edificios. Obtiene la Cátedra de profesor de Dibujo en Valladolid, donde falleció a los 46 años, justo cuando su obra se hallaba en un momento de plenitud creativa.

 

 

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