ACTUALIDAD DIOCESANA

02/07/2024

El obispo presidirá la eucaristía en la festividad de San Cristóbal

La celebración tendrá lugar este domingo, 7 de julio, en el Colegio de San Agustín a las 12:00 horas, donde se bendecirá los vehículos

 

SERVICIO DIOCESANO DE COMUNICACIÓN

La cita de Juan 14,6: “Yo soy el camino y la verdad y la vida” ha sido el lema elegido por el Departamento de Pastoral de la Carretera de la Conferencia Episcopal para celebrar el primer domingo de julio, el día 7, la Jornada de Responsabilidad en el Tráfico, próxima a la festividad del patrón de los conductores y transportistas, San Cristóbal.

En la Diócesis de Salamanca, el Servicio Diocesano de Apostolado en Carretera celebrará una eucaristía este domingo, presidida por el obispo, Mons. José Luis Retana, que comenzará a las 12:00 horas, en el Colegio de San Agustín. Como es tradicional, también se bendecirán los vehículos.

El responsable de la Pastoral de Carretera en Salamanca es el diácono permanente, David González Porras, quien recordó que en este día, “seamos conscientes de que hay que respetar las normas de circulación y recordar que en casa siempre hay alguien que nos espera”.

El mensaje de los obispos

Los obispos de la Subcomisión Episcopal para las Migraciones y Movilidad humana firman el mensaje para esta jornada, que dirigen a todos los que de alguna manera están relacionados con la movilidad humana y la seguridad vial. Ellos explican que las palabras del evangelista san Juan que se han elegido como lema de este año, “Yo soy el camino y la verdad y la vida”, fueron las que pronunció Jesús en su discurso de despedida de los discípulos.

“Yo soy el camino”, explican, significa que caminar con Jesús obliga a “ser buen conductor, responsable, cumplidor de las normas de tráfico y respetuoso con los demás conductores”, a “no pasar de largo ante una necesidad de mi prójimo” y “hacer agradable el viaje de los que comparten el vehículo conmigo”.

“Yo soy la verdad” implica sinceridad ,“cuando se trata de averiguar quién y cómo se produjo el siniestro”. En casos así, donde parece que la verdad o la mentira tienen el mismo valor, “no podemos olvidar las palabras de Jesús: «La verdad os hará libres» (Jn 8,32).

Y por último, “Yo soy la vida” recuerda que “cuando conduces un vehículo, solo o en compañía, no puedes olvidar, en ningún momento, la grave responsabilidad que asumes de velar por tu vida y la de los demás”.

El cuidado de la vida

Los obispos también expresan su inquietud ante el aumento de los siniestros viales y los muertos en carretera, aunque “mantenemos la firme esperanza de siniestros viales, cero”. Porque “no hay dinero suficiente para comprar una sola vida. Somos únicos e irrepetibles”.

En este sentido, advierten sobre la importancia de usar el cinturón de seguridad, de no conducir bajo los efectos del alcohol y de las drogas, de correr a la velocidad justa o sobre el uso indebido del móvil. «Amar la propia vida y la de los demás -puntualizan- me obliga a no jugármela sencillamente por usar el móvil indebida e irresponsablemente mientras se conduce, como desgraciadamente sucede con relativa frecuencia”.

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