30/01/2021
El próximo 2 de febrero, coincidiendo con la fiesta de la presentación del Señor en el templo, se celebra la XXV Jornada Mundial de la Vida Consagrada, este año bajo el lema: “La vida consagrada, parábola de fraternidad en un mundo herido”.
“En este día damos gracias a Dios por el testimonio de oración, amor y entrega de las personas consagradas, que desde las diversas vocaciones y formas de servicio son testigos de esperanza y fraternidad en el mundo”, apuntan desde la Delegación. Una riqueza que en la Diócesis de Salamanca se manifiesta en las 67 comunidades de religiosos y religiosas de vida activa, 19 de vida contemplativa, 20 institutos seculares y el Orden de las Vírgenes.
La Delegación de Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica ha preparado la eucaristía de la Jornada de la Vida Consagrada, que tendrá lugar el 2 de febrero, a las 17.00 horas, en la iglesia de La Purísima, y que será presidida por el obispo de Salamanca, Carlos López Hernández. El aforo del templo estará limitado atendiendo a la normativa establecida por las autoridades en ese momento, de 25 personas máximo. La celebración podrá seguirse en directo a través del canal de YouTube de la Diócesis de Salamanca, al que puedes acceder desde aquí.
Como cada año, los obispos de la Comisión Episcopal de la Vida Consagrada elaboran diferentes materiales para celebración de esta jornada, y en esta ocasión, han escogido como lema: “La vida consagrada, parábola de fraternidad en un mundo herido”, que pretende ser “una llamada a mostrar la fraternidad de los consagrados en este mundo herido y dolorido”.
Los prelados dedican esta jornada a los hombres y mujeres que, en medio de innumerables desafíos, “al borde del camino o en el rincón más inhóspito de una barriada cualquiera”, se convierten en ayuda para las heridas del mundo.
En la actualidad, “los consagrados también ayudan con una mirada especial a personas que experimentan nuevas formas de injusticia, aflicción y desesperanza: los afectados por la COVID-19”, subrayan.
“Esperanza para el mundo”, “fermento de Cristo en la masa de la humanidad”, las personas consagradas son recordadas por los obispos con gratitud y aprecio por el “compromiso” y el “testimonio” que ofrecen al mundo. Esta celebración de la Jornada de la Vida consagrada, “quiere ayudar a toda la Iglesia a valorar cada vez más el testimonio de quienes han elegido seguir a Cristo de cerca mediante la práctica de los consejos evangélicos y, al mismo tiempo, quiere ser para las personas consagradas una ocasión propicia para renovar los propósitos y reavivar los sentimientos que deben inspirar su entrega al Señor”.
Entre los materiales que han preparado se encuentra el mensaje de los obispos, testimonio de religiosos y religiosas, así como textos del magisterio de la Iglesia, el subsidio litúrgico para la eucaristía y una estampa con una oración.
La Jornada de la Vida Consagrada, instituida por el Papa Juan Pablo II para celebrar el compromiso de los religiosos, institutos seculares y las nuevas formas de vida consagrada, cumple este 2 de febrero su 25 aniversario. “Una fecha que nos permite echar la vista atrás para presentar junto al Señor en el templo todo lo que hemos trabajado, orado, sufrido y esperado durante este tiempo en medio de los hombres y mujeres de nuestro mundo”, añaden. Una fecha que, como indican, “nos impulsa asimismo a emprender un nuevo tramo del camino, sabiendo que seguimos llevando las candelas del Resucitado; lámparas de fuego capaces de alumbrar cualquier oscuridad, cualquier incertidumbre”.
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