24/11/2022
SERVICIO DIOCESANO DE COMUNICACIÓN
La Catedral de Salamanca atesora una de las colecciones más importantes de instrumentos históricos del renacimiento del mundo (aerófonos de doble lengüeta). Según los expertos, las bombardas son las primeras descubiertas en España; el orlo soprano, el primero en su género que se conoce hasta la fecha, y el quinteto de orlos, el único que se conserva íntegramente en un mismo lugar.
En 1982 se descubrió una gran parte de ellos en el Archivo de la Catedral de Salamanca, cuya procedencia, debido a su riqueza, señalan que puede ser más propio de una capilla real. Y todo apunta a que son originarios de Flandes, según una expediente de cuentas localizado sobre su compra de 1547. El Museo de la Música de Barcelona se encargó de su restauración, y recuperaron el tono, color y materia que tuvieron durante siglos, sin alterar ni incorporar elementos externos.
Después de dicha intervención, en la Catedral se localizaron otros instrumentos musicales y piezas relacionadas de gran valor organológico. Entre ellas, la campana de la chirimía tenor o bombarda, poco frecuente; o un arpa barroca de dos órdenes, así como diferentes fundas, o una trompa marina, entre otros.
Desde el Cabildo Catedral han logrado que nueve de estas piezas (cuatro instrumentos y cinco fundas) se restauren en el Instituto de Patrimonio Cultural de España, del Ministerio de Cultura, ubicado en Madrid, para su recuperación. Hizo entrega de las mismas hace unos días el deán, Antonio Matilla, quien reconocía que ha sido una suerte que esta institución se haga cargo de la recuperación de estos instrumentos del renacimiento, “que los hemos conservado con un poco de suerte”.
Asimismo, insiste en que forman parte del patrimonio inmaterial, “sobre todo de la música”, porque como asegura, a partir de estas piezas, “se pueden clonar y hacer instrumentos como si fuesen del siglo XV o XVI“. El deán reconoce que el proceso puede ser largo y no hay un plazo cerrado para que vuelvan restaurados a la Catedral.
En concreto, se trata de una chirimía soprano, una chirimía bajo/bombarda, un arpa, una trompa marina, y cinco estuches de diferentes instrumentos, como la chirimía, las cornetas o de flautas. La primera de las chirimías se descubrió en 1982, pero requería de restauración.