01/08/2024
SERVICIO DIOCESANO DE COMUNICACIÓN
Un total de 20 jóvenes, junto a cinco acompañantes del grupo Ohana, de Pastoral Juvenil de la diócesis, han vivido su experiencia de verano en Santander. El voluntariado es uno de los pilares fundamentales de su “Ruta Calcuta”, que en esta ocasión han realizado junto a Cáritas diocesana de la capital cántabra.
En esta ocasión , el lema elegido era: “Llamados”, buscando el norte, y ha tenido lugar entre el 15 y el 20 de julio. Algunos de estos jóvenes comparten la experiencia vivida durante estos seis días, como Daniel Pablos, que reconoce que es una experiencia que llevan esperando durante todo el curso. “Este año ha sido distinta, porque nunca hay dos iguales”, subraya. Además, resalta que no han dejado de andar ni rezar, y que cada mañana tenían el voluntariado junto a Cáritas.
“Hemos dejado a un lado el “yo” y nos hemos centrado en lo que nos rodeaba,
pudiendo ser el entorno, o las personas con las que hemos compartido esta experiencia, además de sacar nuestro lado más creativo con los talleres de manualidades”, relata este joven de Ohana. En su caso, ha sido la última experiencia de verano con el grupo, “y solo puedo tener palabras de agradecimiento hacia los acompañantes por su gran labor, y a mis “ohaners” por hacer de esta experiencia y de mi paso por este grupo de lo mejor que me ha pasado en la vida”.
Otro de los jóvenes de Ohana es Álvaro que califica lo vivido de “inolvidable”. En su caso, sienten que la experiencia les hace crecer tanto como cristianos como personas, “en especial, a través de los voluntariados de Cáritas Santander“, que como detalla, consistían en acompañar a personas “con unas historias terribles”, apunta; o en recoger basura, “ayudando de esta forma al planeta”. Este joven anima a otros a que vivan una experiencia así, y se unan a este grupo de la Pastoral Juvenil de la Diócesis de Salamanca, “ya que también te sana de todo lo que llevas del mundo exterior”.
Para Diego González también ha sido su último año en Ohana, ya que pasará al grupo Jerut, y reconoce que por ello lo ha vivido de otra forma.”Hemos tenido la oportunidad de organizar diversas partes de esta experiencia, por ejemplo, la vigilia, junto a otros tres compañeros”. Convivir con el grupo le permite, según admite, “a unirnos más como familia, y a fortalecer ese vínculo que nos une”. Para él, Ohana, “ha sido y será una parte muy importante de mi vida por todos esos momentos que hemos vivido”.