30/01/2025
SERVICIO DIOCESANO DE COMUNICACIÓN
Un total de 46 delegados y voluntarios de la Pastoral Penitenciaria de las diócesis de Castilla y León se reunieron el pasado fin de semana en la casa de los Misioneros del Verbo Divino, en Dueñas (Palencia), para analizar la realidad de la inmigración en la sociedad y en las cárceles.
Desde Salamanca acudieron unas 18 personas, muchas de ellas vinculadas al barrio de Buenos Aires y a organizaciones que colaboran con la Pastoral Penitenciaria, además de varias personas acogidas en la Casa de Santa María de Nazaret. Uno de los voluntarios es Miguel Reyes, quien hace balance de lo vivido en este encuentro, entre otros aspectos, “a tomar conciencia de la nueva realidad que se nos viene encima con la nueva ley de extranjería”.
Asimismo, subrayó que surgió entre los asistentes la idea de que la Pastoral Penitenciaria, “es una gran desconocida en la diócesis”, y muestra de ello, argumenta, “es el tamaño tan pequeño del equipo”. Reyes también indica que han visto que hacen falta manos para poder acompañar a tanta mujer y hombre, “necesitados de salir de pozos profundos, hacer juntos caminos de liberación integral”. Este voluntario reconoce que en común tienen la búsqueda del bien y la dignidad de la persona, “especialmente la persona privada de muchos derechos”.
Durante el encuentro, se abordó la creciente presencia de inmigrantes en las prisiones, muchos de ellos víctimas de la pobreza y la exclusión social. En este contexto, se destacó el mensaje del papa Francisco en la encíclica Fratelli Tutti, donde alerta sobre la indiferencia ante el sufrimiento de los migrantes y la necesidad de una respuesta fraterna y solidaria.
La jornada contó con la intervención de Patricia Fernández Vicens, abogada especializada en infancia, exclusión social y migraciones. En su primera ponencia, analizó la Ley de Extranjería y sus implicaciones en la vida de los inmigrantes en situación de reclusión. Posteriormente, se desarrolló la segunda conferencia bajo el título “Respuesta evangélica: Acogida y acompañamiento”, en la que se reflexionó sobre el papel de la Iglesia en la integración de estas personas.
El encuentro concluyó con una comida, un espacio de diálogo y una acción de gracias, reafirmando el compromiso de la Pastoral Penitenciaria con las personas privadas de libertad.
Los delegados valoraron positivamente estos encuentros para fortalecer la labor pastoral y afrontar los desafíos que plantea la realidad penitenciaria. Como recuerda el Papa en Fratelli tutti, “las migraciones constituirán un elemento determinante del futuro del mundo” y, ante ello, la Iglesia reafirma su compromiso con la acogida y la dignidad humana.