ACTUALIDAD DIOCESANA

02/10/2019

El despertar misionero comienza en el monasterio de las Madres Carmelitas

La Diócesis de Salamanca se suma a la llamada del papa Francisco para celebrar el Mes Misionero Extraordinario

Por indicaciones del papa Francisco, el Mes Misionero Extraordinario tenía que iniciarse en un convento de clasura. Y así fue en la Diócesis de Salamanca, cuya eucaristía de apertura tuvo lugar en el monasterio de las Madres Carmelitas del Arenal del Ángel, presidida por el obispo, Carlos López.

Además, el arranque de esta inicitiva mundial se desarrolló en la festividad de Santa Teresita, patrona de las misiones, cuya figura fue recordada en la homilía. El prelado subrayó el inicio de la celebración del Mes Misionero Extraordinario, “propuesto por el papa Francisco a toda la Iglesia con el fin de despertar aún más la conciencia misionera ‘ad gentes’, y promover un nuevo impulso de transformación misionera de la vida y de la pastoral de las diócesis”, alentó López.

Bajo su punta de vista, “es una forma de dar cauce a la tarea de transformación misionera en la Iglesia, vigorosamente recogida en la exhoración ‘La alegría del Evangelio’“, y el obispo añadió, que se trata de enraizar, “la misión universal de la Iglesia entre los pueblos y en la pastoral ordinaria de las iglesias particulares, y en la vocación misionera de todo fiel cristiano que brota del bautismo y del don del espíritu”. Y de ahí, evocó el lema de este Mes Misionero Extroardinario: “Bautizados y enviados, la Iglesia de Cristo en misión en el mundo”.

“Jesucristo vivo en la Iglesia”

Asimismo, aseguró que la participación de los fieles en la celebración del mes misionero, “habría de realizarse en las siguientes dimensiones espirituales: el encuentro personal con Jesucristo vivo en la Iglesia; el testimonio de los santos y mártires de la misión; la formación catequética en la misión y la caridad misionera”. Además, Carlos López aclaró que la formación catequética en la misión, “es cada día más necesaria habida cuenta del estado actual de la evagenlización de quienes todavía no conocen a Jescristo y de la situación de las personas bautizadas que no viven las exigencias del bautismo”. Y que para esta formación, “tenemos la ayuda de la abundante y riquísima enseñanza de la Iglesia desde el Vaticano II hasta el papa Francisco”. Por último, insistió en que la Palabra de Dios, “nos ayuda a interiorizar las dimensiones espirituales de la misión, el amor del Señor es fuente de alegría”.

En la monición de entrada, una de las madres carmelitas insistió en el sueño que había revelado el papa Francisco, “y que le acompaña desde los primeros momentos de su pontificado”. Al respecto recordó sus palabras a la hora de convocar este Mes Misionero Extraordinario: “Sueño con una opción misionera capaz de transformarlo todo, para que las costumbres, los estilos, los horarios, el lenguaje y toda estructura eclesial se convierta en un cauce adecuado para la evangelización del mundo actual (EG 27)”.

Y cree que es necesario que todo el pueblo de Dios, “tome conciencia de esta urgencia porque cada uno desde nuestra situación particular podemos ser misionero”. Esta hermana quiso recordar la figura de Santa Teresa del Niño Jesús, patrona de las misiones, “Carmelita Descalza, que nunca partió a tierras lejanas pero supo hacer de su corta vida una constante misión por su oración y sacrificio”.

 

 

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