22/12/2019
Con motivo del tiempo final del Adviento, vemos aparecer belenes en casi todos nuestros templos y en muchos rincones de nuestra ciudad. Bastantes personas, estos días dicen vamos a ver el Belén, o vamos a dedicar esta tarde a visitar belenes. ¿En qué se fija la gente o qué comenta? las más de las veces en detalles de las figuras articuladas, las casas, los animales, las lavanderas en el riachuelo, o los pastores al raso… Por supuesto, también se fijan en el portal, en el pesebre, en el misterio… A ti, ¿dónde se te van los ojos? Pues bien, estoy pensando estos días que visitar un belén o nacimiento en este tiempo de Navidad puede convertirse, para algunos de los que se paran ante él, en un primer anuncio del Dios-Amor que decide abajarse y entrar en nuestra historia, social y personal. Contemplar un bebé. Comprender en él quién es Dios y qué es el ser humano. ¿Sabremos en nuestras comunidades parroquiales aprovechar esta oportunidad de anuncio del Evangelio, ofrecer la acogida y la explicación que puede orientar bien la mirada de quien decide mirar? Nos puede ayudar leer juntos la carta apostólica del Papa Francisco que habla del significado y valor del pesebre, Admirabile Signum, firmada en Greccio, donde en la Navidad de 1223 San Francisco realizó la primera representación de la Natividad. También, seguro que te gusta la presentación que de esa carta hace este mini-video (1min.28ss): https://youtu.be/XLFqOZA4eHw ¡Muy feliz Navidad!