ACTUALIDAD DIOCESANA

05/08/2023

Décima jornada en la JMJ. “Nadie tiene más amor que el que da la vida por sus amigos y por los demás”

El papa Francisco recordó a los jóvenes en el Vía crucis que presidió en el parque Eduardo VII, que Jesús murió en la Cruz, “para que nuestra alma pueda sonreír”

 

SERVICIO DIOCESANO DE COMUNICACIÓN/ LISBOA

La primera invitación a los jóvenes del papa Francisco en el Vía crucis que presidió este viernes, 4 de agosto, en el parque Eduardo II (Colina del Encuentro), fue que caminen con Jesús. “Porque él caminó curando enfermos, atendiendo a pobres, predicando…”, les alentó.

Y añadió, todo en ello en español, idioma principal que emplea en esta JMJ, que el camino que más está grabado, “es el camino del calvario, el de la Cruz, porque como precisó el santo padre, “es Dios que sale de sí mismo para caminar entre nosotros”. Y recordó las palabras de Juan 1:14, “El verbo se hizo carne y “camino” entre nosotros”, remarcó el papa.

Asimismo, reafirmó que la Cruz es el Icono de este camino: “Jesús quiere abrazar nuestra vida, camina por mi para dar su vida por mi, y nadie tiene más amor que el que da la vida por sus amigos y por los demás”. En ese momento, el santo padre recibió un espontáneo aplauso de los allí presentes.

Más de 800.000 personas

Además, relató que si miramos al crucificado, “vemos la belleza del que da la vida por nosotros”. El papa Francisco lanzó una pregunta a los jóvenes peregrinos, unos 800.000 allí congregados: “¿Hay cosas en la vida que nos hacen llorar?”, e invitó a pensarlo en silencio, “¿por qué lloramos en la vida?”.

El santo padre insistió en que Jesús, con su ternura, “enjuga tus lágrimas escondidas; colma con su cercanía tu soledad; tu miedo con su consolación”; te libera de las cargas que te oprimen por dentro; “sana las heridas de tus pecados; hacerte salir de las parálisis de la tristeza, de la resignación, de la acedia del alma que apaga tu entusiasmo; empujarte a abrazar el riesgo de amar, para que seas un artesano de la gratuidad, lleno de atenciones hacia los más pobres, responsable del tiempo que te ha tocado vivir, de la sociedad y de la creación. Esto espera Jesús”.

Y quiso que los jóvenes no olvidaran que Jesús, “está junto a nosotros”, y vamos a hacer el camino con Él, “un camino de sufrimiento, de ansiedades y de nuestras soledades”. De nuevo, el papa Francisco marcó un momento de silencio para que cada uno pensase en su sufrimiento y soledades, “piensen en la propia ansiedad y en las miserias”, y también, subrayó, “en las ganas de que el alma vuelva  sonreír”.

Para finalizar, el santo padre recordó: “Jesús camina a la Cruz y muere en la Cruz para que nuestra alma pueda sonreír“.

 

Una gran escenografía

El relato de las estaciones fueron narradas a través de una impresionante coreografía repartida por todo el altar. Los textos de las meditaciones fueron elaborados por 20 jóvenes de todo el mundo, centrados en la fragilidad y las dificultades que encuentran en su vida.

Entre los testimonios en las estaciones, se escucharon las palabras de una joven española, Esther, de 34 años, con una vida complicada tras tener un accidente de tráfico que la dejó en silla de ruedas.

Por la mañana, los jóvenes peregrinos de Salamanca visitaron la Ciudad de la Alegría, donde se encuentra la feria vocacional, la capilla y el parque del perdón, y donde pudieron conocer diferentes realidades y movimientos de vida cristiana, y confesarse.

 

¿Te gustó este artículo? Compártelo
VOLVER

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información. ACEPTAR

Aviso de cookies