ACTUALIDAD DIOCESANA

24/11/2019

Cristo reina

Lo decía el letrero colocado en lo alto de la cruz: “Éste es el rey de los judíos”. Una excusa para acusarlo. Un motivo para burlarse. Una paradoja de las que desconciertan: todo un rey crucificado como un malhechor, sin ningún honor, sin ningún rasgo de majestad. Tuvo que ser uno de sus compañeros de suplicio, que la tradición nos hace llamar Dimas, el buen ladrón, convertido por el mismo Cristo en su agonía, quien percibiera que el Reino de Jesús no es de este mundo capaz de crucificar a reyes y a inocentes, sino que se asienta en fundamentos más poderosos y trascendentales. Su Reino está brotando como una semilla, pero gozaremos de él, como Dimas, cuando Jesús nos reciba en el Paraíso.

Es un Jesús que, como el esculpido por Jerónimo Prieto sobre la piedra arenisca en nuestra parroquia salmantina dedicada a Cristo Rey, en el barrio Vidal, lleva en sus manos el pan de la Eucaristía y la corona real del servicio entregado por amor a todos los hombres, y en particular a los más pobres. Ha cumplido la Misión encargada por el Padre y ha sido entronizado sobre el Universo entero. Un año más, nos ha acompañado, semana a semana, durante todo el año litúrgico hasta este último domingo en que celebramos con gozo y esperanza que Cristo vence, que Cristo reina, que Cristo impera.

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