09/07/2024
SERVICIO DIOCESANO DE COMUNICACIÓN
Este martes, 9 de julio, la Oficina de Prensa de la Santa Sede ha dado a conocer el “Instrumentum Laboris” del Sínodo: ¿Cómo ser una Iglesia sinodal misionera?. Un documento que guiará los trabajos de la segunda sesión de la XVI Asamblea General Ordinaria, prevista del 2 al 27 de octubre de este año.
El texto presentado mantiene la continuidad con el proceso sinodal iniciado en 2021 y plantea diversas propuestas para una Iglesia cada vez más “sinodal en misión”, más cercana a la gente y que fomente la participación de todos los bautizados en su vida comunitaria. Entre los puntos de reflexión destacados se incluyen la valorización del papel de la mujer en la Iglesia, la necesidad de transparencia y rendición de cuentas.
El nuevo “Instrumentum Laboris” se estructura en cinco partes: introducción, fundamentos y tres partes centrales. La introducción revisa el camino sinodal desde 2021, destacando hitos como la metodología de la Conversación en el Espíritu.
Los fundamentos (nn. 1-18) abordan la sinodalidad como un camino de conversión y reforma, destacando el papel de la Iglesia como signo de unidad y reconciliación en un mundo dividido. También se subraya la necesidad de reconocer plenamente los carismas y vocación de la mujer en la Iglesia (nn. 13-18), fomentando su participación en la toma de decisiones y en roles de responsabilidad.
En cuanto a las partes centrales, la primera (nn. 22-50) se centra en las relaciones con Dios, entre hermanos y entre Iglesias, esenciales para una Iglesia sinodal en misión.
La segunda parte (nn. 51-79) trata sobre caminos formativos y discernimiento comunitario, enfatizando la transparencia y la rendición de cuentas como claves para la confianza y la corresponsabilidad.
Y, finalmente, la tercera parte (nn. 80-108) analiza los contextos del diálogo ecuménico e interreligioso, promoviendo una visión dinámica y plural de las relaciones eclesiales.
El Instrumento Laboris para esta segunda sesión de la XVI Asamblea General Ordinaria concluye con una invitación a continuar como “peregrinos de la esperanza” hacia el Jubileo de 2025 (n. 112).
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